sábado, 12 de diciembre de 2009

A propósito del diagnóstico de Michael Porter

09 de diciembre de 2009
Gestión
Enrique Mendoza (*)

Reflexionando respecto del diagnóstico del gurú Michael Porter sobre la realidad peruana en temas de estrategia y competitividad, llegué a la conclusión de que tímidamente el Estado y el sector empresarial peruano han asumido cierta responsabilidad sobre la importancia de elevar nuestro nivel de competitividad. Al respecto, el MEF asumió el reto de alcanzar el puesto 25 del Ranking Doing Business (RDB) y el empresariado, en la clausura de la CADE 2009, concluyó que el país debe impulsar su crecimiento a través de cuatro ejes fundamentales, uno de los cuales es fomentar la competitividad empresarial.

Sin perjuicio de dichas iniciativas, soy un convencido de que el Estado debe jugar un rol protagónico en dicha tarea, enfocando su trabajo en apoyar activamente el desarrollo y mejoramiento de la competitividad de nuestras empresas, sobre todo de las pymes, toda vez que son estas las que tienen un mayor potencial de crecimiento y pueden ayudar a enfrentar uno de los principales problemas de nuestro país: el desempleo.

Frente a este reto, debemos tener en cuenta que la competitividad de una empresa depende básicamente de dos factores: la profesionalización de la dirección y gestión y, lo que es lógica consecuencia del primero, el acceso a mayores y mejores fuentes de financiamiento.

En mi desarrollo profesional, he podido constatar que se han desarrollado una serie de iniciativas para mejorar las alternativas de financiamiento de las pymes, sin embargo, son nulos los esfuerzos por implementar la profesionalización, a pesar de que este aspecto constituye, en mi opinión, el primer gran problema de la mayoría de las empresas peruanas, por cuanto si bien en nuestro país existen pymes con mucho potencial, su altísimo riesgo de inversión, debido a su bajo nivel de profesionalización, hace inviable el desarrollo de su competitividad.

Tan demostrada está que la profesionalización ayuda a las pymes a ser más competitivas, que en otros países, entidades públicas y privadas han apoyado programas de este tipo. Es el caso de un grupo de pymes españolas dirigidas por familias empresarias, que a consecuencia de haber implementado procesos de profesionalización, apoyados por el Gobierno español, alcanzaron un elevado crecimiento y liderazgo, llegando a convertirse en las denominadas "Empresas Gacela".

Por lo expuesto, creo que, más allá de alcanzar estándares internacionales como el RDB o llegar a grandes conclusiones en eventos como la CADE, el Gobierno y el sector privado deben trabajar activa y directamente en el proceso de profesionalización de las pymes, con el objetivo final de lograr un mayor grado de competitividad frente a las nuevas condiciones del mercado mundial. No seamos nuevamente los peruanos víctimas de nuestro gran entusiasmo con la firma de grandes TLC; ya es hora de que trabajemos en prepararnos para aprovechar las oportunidades, dado que como dice Porter: "los TLC en sí no crean competitividad ni prosperidad, solo oportunidades".

(*): Gerente de Consultoría Dvalor.

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