sábado, 27 de noviembre de 2010

EE.UU. recibe una inyección de US$ 600.000 millones

04 de noviembre de 2010
WSJ digital
Por Jon Hilsenrath


La Reserva Federal de Estados Unidos divulgó el miércoles que invertirá US$600.000 millones en la compra de bonos del gobierno estadounidense en los próximos ocho meses con el fin de reducir las tasas de interés de largo plazo y estimular el crecimiento. El anuncio constituye un esfuerzo dramático por reanimar una recuperación económica que calificó de "decepcionantemente lenta".

Varios economistas, tanto dentro como fuera de la Fed, creen que se trata de una medida desesperada con pocas opciones de rendir fruto por parte de Ben Bernanke. El presidente del banco central adoptó varias medidas poco convencionales durante la crisis financiera para impedir un colapso del sistema financiero, pero un año y medio después enfrenta una economía lastrada por el alto desempleo, la amenaza de un período de deflación similar al de Japón y la posible paralización del sistema político.

[Fed]Bloomberg News

La Fed dejó abierta la posibilidad de aumentar la dosis si el crecimiento no repunta en los próximos meses. Las nuevas compras de US$75.000 millones de bonos del Tesoro al mes se suman a los US$35.000 millones mensuales que está gastando para reemplazar bonos hipotecarios en su portafolio que saldrán de circulación.

El Promedio Industrial Dow Jones prosiguió el miércoles la marcha ascendente iniciada en agosto, cuando Bernanke dejó entrever la posibilidad de llevar a cabo un plan de compra de bonos del Tesoro.
El indicador avanzó 0,24% para alcanzar 11.215,3 puntos, su mayor nivel de los últimos dos años. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, que habían caído justo por debajo de 3% finalizaron el día en 2,62%. La cotización del dólar, en tanto, ha retrocedido en anticipación de una avalancha de nuevos dólares en el mercado global.

La Fed opina que estas reacciones de los mercados estimulan la economía. Además del impacto del menor costo del dinero, el alza en los precios de las acciones podría alentar a los consumidores a elevar sus gastos y a las empresas a invertir más. Un dólar débil, por su parte, abarata las exportaciones estadounidenses.
"Todas estas cosas son parte de lo que la Fed está tratando de hacer y creo que han tenido éxito", dijo Lawrence Kantor, director de análisis de Barclays Capital en Nueva York.

Las medidas anunciadas el miércoles se ajustaron a las expectativas de los economistas, si bien algunos esperaban un gasto total ligeramente inferior y un desembolso más acelerado.

De todos modos, hay mucha incertidumbre y grandes imponderables en torno a los anuncios. En esencia, la Fed imprimirá más dinero para comprar hasta un máximo de US$900.000 millones en bonos del Tesoro estadounidense de aquí a junio del próximo año.

En condiciones normales, una inversión de esta magnitud sería altamente inflacionaria al inundar de dinero la economía y generar preocupación sobre el gasto fiscal. Esto podría, a su vez, elevar las tasas de interés de largo plazo y, de esta manera, anular los esfuerzos de la Fed.

Los precios de las materias primas han aumentado desde que Bernanke empezó a insinuar, a finales de agosto, la intención de comprar bonos del Tesoro. La cotización del petróleo, por ejemplo, ha subido 15% desde entonces para llegar a los US$85 el barril. Michael Pence, legislador republicano con el tercer cargo más alto en la Cámara de Representantes, dijo que la Fed estaba tomando "un riesgo incalculable".

Thomas Hoening, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Kansas City —quien describió la decisión antes de la reunión como un "pacto con el diablo"—, fue el único en desacuerdo en una votación de 10 a 1 del comité de política monetaria de la Fed. Hoening manifestó que los riesgos de compras adicionales de bonos del gobierno superaban los beneficios.

La mayoría de los miembros del banco central, no obstante, consideran que el riesgo de un brote inflacionario es bajo puesto que todavía hay mucha capacidad ociosa en la economía, incluyendo una tasa de desempleo de 9,6%, más de 14 millones de viviendas desocupadas y fabricantes que operan a un 72% de su capacidad productiva.

En un comunicado difundido después de su reunión, la Fed dijo que actuaba para "promover un ritmo más sólido de recuperación económica" y para asegurar que la inflación, que en la actualidad se ubica en una tasa anual cercana a 1%, suba hasta la meta informal del banco central de 2%.

Se trata de la segunda vez que la Fed experimenta con un gran programa de compra de bonos. Entre enero de 2009 y marzo de este año adquirió aproximadamente US$1,7 billones (millones de millones) de bonos gubernamentales e hipotecarios. Esta decisión también hizo surgir temores de inflación, que hasta ahora no se han materializado. El programa de compra de bonos se conoce como relajamiento cuantitativo, o QE por sus siglas en inglés. Puesto que la Fed ha reanudado la medida, algunos economistas lo describen como QEII.

Al comprar una gran cantidad de bonos y retirarlos del mercado, la Fed espera hacer subir sus precios y reducir sus rendimientos. Esto, a su vez, haría bajar las tasas de interés que pagan los deudores hipotecarios, los consumidores y las empresas y los alentaría a endeudarse, gastar e invertir.

La Fed cree que también aumentará las compras de acciones, bonos corporativos y otras inversiones más arriesgadas que ofrecen retornos más altos.

A los socios comerciales de EE.UU., en especial los países en desarrollo, les preocupa que esta inyección de liquidez de la Fed genere presiones inflacionarias y contribuya a la formación de burbujas de activos en sus países.

[Fed]

sábado, 17 de julio de 2010

Propiedad de la tierra: Dos varas, dos medidas

16 de julio de 2010
Por Humberto Campodónico
En toda la discusión sobre el proyecto del congresista Jorge del Castillo de limitar a 40,000 hectáreas la extensión de la propiedad agraria se han señalado importantes consideraciones, pero a la vez se han dejado de lado algunas bastante obvias.
Por ejemplo, se dice que poner un límite iría contra el libre mercado, porque el gobierno no puede determinar qué extensión puede tener un propietario y eso “nos devuelve a la época de Velasco y la reforma agraria”. Pero sucede que en EEUU y Europa existen Comisiones –creadas por ley– que regulan las fusiones y adquisiciones (F&A) de empresas para impedir la concentración excesiva en manos de un solo propietario.
Así, dice la Comisión Europea: las F&A merecen especial atención, porque afectan a todos, consumidores, empresarios, académicos, reguladores o autoridades. Los consumidores pueden o no beneficiarse de las F&A. La fusión de activos puede llevar a ganancias de eficiencia, beneficiando a los consumidores, si estas llevan a menores precios, mejor calidad o nuevos productos y servicios. Sin embargo, si las F&A no son controladas por una efectiva política de competencia pueden llevar a una excesiva concentración de mercado y a prácticas anticompetitivas, de tal manera que los consumidores tendrán que pagar precios más altos o tendrán que enfrentar bienes y servicios de baja calidad” (1).
Por ese motivo, la Comisión Europea se pronuncia sobre las F&A, pudiendo o no aprobarlas. Lo mismo en EEUU con el Buró de Competencia de la Comisión Federal de Comercio (2). En el Perú, una legislación similar existe en el sector eléctrico, con la Ley 26872, pero su aplicación ha sido casi nula. También hubo un proyecto de Ley de F&A que se presentó en el 2005 por Indecopi, que luego fue desechado.
O sea que en el Perú estamos en la retaguardia de las leyes que regulan las F&A en beneficio de la sociedad en su conjunto, lo que se debe al enorme poder de presión político y mediático de los grandes intereses empresariales. El resultado: la concertación de precios, por ejemplo, en el caso del azúcar y, también, los problemas que causa la posición de dominio de Gloria en el mercado de lácteos.
De otro lado, nada dicen estos sectores de la ingerencia del Estado en los enormes incentivos a la actividad agraria, lo que comenzó con la Ley 27360, promulgada el 30 de octubre del 2000, cuando agonizaba el régimen fujimorista. Con esta ley, las empresas agrarias (grandes, medianas y pequeñas) solo pagan 15% de impuesto a la renta (y no 30%), tienen depreciación acelerada (5 años) y recuperación anticipada del IGV. Además, un régimen laboral especial que les permite pagar salarios bajos, solo dar 15 días de vacaciones y no otorgar CTS.
Esta Ley, que solo duraba hasta el 2010, fue prorrogada el 20 de julio del 2006 hasta el 2021 por la Ley 28810, siendo modificada antes por el DL 1035 para que pueda ser incluida la empresa Gloria. Hay mutis de los “defensores irrestrictos del libre mercado”, que debieran oponerse por principio a esta ley. Son dos varas y dos medidas las que ellos aplican.
Por nuestra parte, estamos de acuerdo con una ley de promoción al agro. Pero, ojo, no de manera indiscriminada, como ahora, pues se benefician las grandes azucareras y todo el sector agroindustrial (espárragos, paltas, limones, etc.) sin que exista una evaluación sobre la necesidad de que algunas sigan accediendo a los incentivos.
Para terminar hay que tener claro que la propiedad de la producción condiciona directamente el consumo: a mayor concentración de la propiedad, mayor desigualdad en la distribución del ingreso. Por ello, no solo se debe aplicar un límite a la propiedad de la tierra (con los parámetros técnicos que correspondan) sino también una ley que autorice las F&A. Como en Europa y EEUU.

Camisea: Que el árbol no impida ver el bosque

09 de julio de 2010
La República
Por Humberto Campodónico
El Decreto Supremo publicado hace dos días, que establece que en los contratos futuros el precio del gas de exportación no puede ser inferior a los precios del mercado interno y que, además, autoriza a Perupetro a renegociar los actuales contratos por el Lote 88 y el Lote 56 para que se adecúen a ese mismo objetivo puede ser considerado un paso adelante en la recuperación de la soberanía sobre los recursos naturales, propiedad de la Nación.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, porque estos son contratos-ley, que solo pueden ser renegociados previo acuerdo entre las partes, lo que encuentra, además, un blindaje constitucional en el Art. 62 de la Constitución de Fujimori de 1993. Eso no es ningún obstáculo, sin embargo, para que una de las partes –el gobierno, vía Perupetro que preside Daniel Saba– llame a la empresa, a la brevedad, y exponga sus razones.
No olvidemos, además, que más de 100 contratos-ley han sido renegociados, todos a pedido de las empresas (Falabella, Tintaya, Telefónica, LAP Jorge Chávez, entre otras) y solo uno a pedido del gobierno. Este fue el de Camisea, a inicios de este gobierno, consiguiéndose que el precio interno del gas ya no esté indexado al petróleo, medida positiva que ha contribuido al aumento de la demanda desde esa fecha.
La cuestión es que el propio gobierno ha venido disparándose al zapato, con lo cual se ha colocado en una situación desventajosa para la renegociación. Así, el gobierno no cumplió con lo anunciado por Alan García el 28 de julio pasado, cuando dijo que “era delito cambiar las leyes con normas de mayor jerarquía, sacrificando y entregando el mercado nacional de gas natural”. Ahí se debió anular la renegociación del Lote 88 de enero del 2006, por ilegal, retornando al contrato del 2000.
Lo mismo sucedió hace poco, cuando el estudio de abogados Payet, Rey y Cauvi estableció que por el gasoducto no se podía exportar ningún gas que no sea del Lote 88 por un plazo de 10 años, que concluía recién en el 2014. Esta cláusula –inserta en el contrato entre Perupetro y Transportadora de Gas del Perú– hacía imposible el transporte del gas del Lote 56, que está destinado a la exportación.
Pero el gobierno, a través del ministro de Energía, Pedro Sánchez, apeló a otro estudio de abogados –que dijo lo contrario que Payet– y avaló esa opinión, permitiendo la exportación. Segundo disparo.
En mayo del 2008, Repsol le dirigió una carta al ministro de Energía, Juan Valdivia, que decía: “Repsol puso a disposición del MEM la posibilidad de exportar gas del lote 57, donde tiene reservas por 2 TCF, que ubicó en el 2007. Este compromiso no se llegó a cumplir pues, como se sabe, estas reservas se orientarán al mercado local, con el acuerdo al que llegó el gobierno con el consorcio Camisea” (El Comercio, 28/8/09).
Esos 2 TCF podrían reemplazar los 2 TCF del Lote 88 (que están comprometidos e inmovilizados para la exportación), quedando éstos disponibles de inmediato para el mercado interno. Pero en el ínterin Repsol cambió de posición, sabiendo que el precio de exportación era bajísimo, prefiriendo venderlo más caro al mercado interno, pues ahora irá … nada menos que al gasoducto surandino (si se concreta). Pero no, el gobierno se lo aceptó e incluso lo consideró un “logro”. Tercer disparo.
Para terminar, la discusión sobre el precio de exportación –con toda su importancia– no debe desviar la atención del hecho central: las reservas de gas del Lote 88 deben ser para el mercado interno –que está desabastecido– y no para la exportación. Incluso si se obtuviera un mejor precio para las regalías, el costo/beneficio para el país sigue siendo altamente negativo (se exporta, en equivalente calórico, a US$ 1/barril y se importa a US$ 70/barril).
Cuidado con creer que “no hay problema” con la exportación si el precio sube alguito (es lo que nos quiere hacer creer el gobierno). Que el árbol no nos impida ver el bosque.

EE.UU: "Demasiados grandes para quebrar"

Extraído de La Republica

17 de julio de 2010
Por Humberto Campodónico
No cabe duda de que la reforma financiera –aprobada hace dos días en el Senado de EEUU– es una victoria política para Obama, que mucho la está necesitando. A algo más de 3 meses de las legislativas de noviembre, casi todas las encuestadoras registran bajos niveles de aprobación para el Presidente y se piensa que los demócratas probablemente perderán su mayoría en ambas Cámaras.
Así, después de la aprobación de la reforma de salud en marzo, Obama cumple sus dos importantes promesas electorales. En ninguna, sin embargo, pudo lograr el apoyo republicano (otra de sus promesas) para, de esa manera, superar el “bi-partidismo” que viene sufriendo la política gringa desde hace varios años.
Muy por el contrario, la política del ala republicana más conservadora ha azuzado al máximo las críticas a Obama y los demócratas, a tal punto que ha desplegado propaganda donde este aparece al lado de Hitler y Lenin. De la mano con esta política aparecen marcadas tendencias autoritarias que se podrían consolidar.
La reforma financiera tenía dos objetivos centrales, ligados entre sí. El primero era separar las actividades de la banca comercial (que recibe los depósitos de los ahorristas para prestarlos a los inversionistas, el tradicional rol de intermediario financiero) de la banca de inversión (donde los privados invierten su dinero en actividades de riesgo –como la Bolsa de Valores–, los mercados financieros, de commodities y hasta en actividades especulativas, ir a los mercados emergentes para atacar monedas nacionales, como en el caso peruano de estos días).
La idea central es que los banqueros no pueden “jugar” con el dinero del público (que además está garantizado por el gobierno hasta US$ 250,000). Eso lo pueden hacer los bancos de inversión que “juegan” con su plata. A grandes rasgos, el plan era volver (lo más que se pudiera) a la Ley Glass Steagall de 1932 –que se dio para evitar que se produzca un nuevo “crack” bancario– y que fue derogada por Clinton en 1999.
El otro objetivo era prohibir que los bancos crezcan tanto que, al convertirse en verdaderos elefantes financieros, cualquier problema serio amenazara convertirse, como en el 2008, en una “amenaza sistémica”. No debería haber “bancos tan pero tan grandes, que no pueden quebrar” (too big to fail). A estos objetivos se añadió una Agencia de Protección del Consumidor para hacer frente a las frecuentes “malas prácticas” en el sector.
El análisis pro-reforma afirma que es un “primer paso” hacia una mejor regulación, pues se ha logrado frenar en algo el poder financiero, que movilizó más de US$ 600 millones para oponerse a la reforma, según el editorial del New York Times (Congress passes financial reform, 16/7/10). Pero otros, como Robert Reich, dicen que la reforma es una “montaña de papel” que deja en manos de los reguladores las principales decisiones para su implementación, añadiendo que estos no tienen ni el poder ni los recursos ni la capacidad suficiente para hacerlo:
“No nos equivoquemos: mientras no haya cambios fundamentales en la estructura de Wall Street –es decir, mientras los grandes bancos sigan siendo grandes y puedan seguir creciendo, para lo cual siguen teniendo los incentivos para inventar tretas financieras y apostar con el dinero de otros– seguirán siendo “demasiado grandes para quebrar” y políticamente muy poderosos para controlar” (www.roubini.com16/7/10). Así, la reforma no impediría la próxima crisis sino que simplemente proveerá el marco dentro del cual actuarán los reguladores, los banqueros centrales y los políticos. 
En síntesis, la reforma es una victoria política para Obama, por el solo hecho de haber logrado pasarla, pero parece que está bastante lejos de haber alcanzado el objetivo regulador del sistema financiero, para que no se repita la crisis del 2008. Todos estamos avisados.

jueves, 8 de julio de 2010

Distribución: la verdad incómoda

Dom, 13/06/2010
La  República
Por Pedro Francke

El reciente Marco Macroeconómico Multianual del MEF dice que la desigualdad, medida a través del indicador Gini, ha bajado de 0.54 a 0.47 entre el 2003 y el 2009. Repitiendo el dato, un reciente informe del IPE polemiza con quienes hemos criticado este modelo económico porque concentra los ingresos, ¿tendrán razón?

Pequeño olvido

Los cálculos del MEF incurren en un pequeño olvido: no consideran las ganancias de las transnacionales que se encuentran en nuestro país. Los capitales extranjeros tuvieron utilidades netas de 239 millones de dólares anuales en promedio en el periodo 1998-2002. Esas ganancias subieron muy rápidamente, pasando el 2003 a 1,112 millones, llegando el 2007 a 7,788 millones, el 2008 a 8,346 millones y el 2009 –año de crisis– a 7,064 millones de dólares. Este año 2010, recuperados los precios del oro y el cobre, las ganancias de las trasnacionales deben volver a estar bien por encima de los 8 mil millones de dólares. Si calculamos su equivalente en soles, los grandes capitales extranjeros ganan la friolera de 22 a 23 mil millones de soles al año.

Para que se hagan una idea de cómo influye esto en la distribución, el sector más pobre, compuesto por casi 3 millones de peruanos en pobreza extrema, tiene ingresos de apenas 72 soles mensuales. Si juntamos todo lo que ganan todas esas familias en un solo pozo, esos casi 3 millones de pobres logran sumar 2 mil 500 millones de soles al año. Las transnacionales, por sus operaciones en el Perú, tienen ahora ganancias que son 9 veces esa suma. Unas pocas empresas ganan nueve veces más que 3 millones de peruanos. Uuups, una enorme manada de elefantes pasaba frente a sus narices pero nuestros amigos del IPE y del MEF no se dieron cuenta.

Consideremos ahora al 40 por ciento de peruanos de menores ingresos. El gobierno no considera a todos ellos como pobres, pero por varias razones probablemente lo sean. Son casi 12 millones de peruanos, su ingreso promedio es de 150 soles mensuales, y la suma de todos sus ingresos es menos de 21 mil millones de soles. Haciendo la comparación, vemos que las ganancias de las transnacionales son más que lo que ganan 12 millones de peruanos. De ese tamaño es la manada de elefantes que el IPE y el MEF dejaron de ver.

Alguien podrá decir que no hay que fijarse en la foto, sino en la película. Somos un país muy desigual, la cuestión es si esa desigualdad ha disminuido o no. Eso es lo que dicen el MEF y el IPE. Analicemos el punto.

Dice el MEF que los ingresos de los peruanos más pobres han aumentado 80 por ciento entre el 2003 y el 2009. Cifras muy discutibles, basadas en encuestas que de acuerdo a la ciencia estadística no pueden compararse unas y otras, y que muestran para ese mismo periodo un aumento del consumo de esos hogares que no llegan ni a la cuarta parte. Pero por grande que sea esta discrepancia, aún inseguros acerca de si los más pobres mejoraron 20 por ciento u 80 por ciento, si lo comparamos con las ganancias de las transnacionales que en ese periodo aumentaron 700 por ciento, no cabe duda quien creció más. Ninguna duda.

Ya se sabía

Técnicamente, las ganancias de las transnacionales, siendo parte del PBI, no son parte del ingreso nacional. Es evidente, sin embargo, que si queremos entender lo que pasa en el país con la distribución, no podemos obviar al capital extranjero ni sus ganancias. ¿Podríamos acaso dejar de lado a las transnacionales en un análisis del crecimiento económico, de la minería, de las finanzas, de los servicios o de la tributación? Un análisis de la fauna que incluye a todos los animales excepto a los que pesan más de cinco toneladas y son grises, no tiene ningún sentido cuando un centenar de elefantes se cruza en el camino.

Además, por cierto, en este artículo me he dedicado a resaltar las ganancias del capital extranjero, pero es evidente que en los datos de distribución del MEF-IPE tampoco están considerados los grandes grupos económicos nacionales, como Brescia, Benavides y Romero.

La crítica que hago no es nueva. La metodología del MEF, que utiliza exclusivamente las encuestas de hogares y deja de lado las grandes fortunas, ha sido criticada hace tiempo. Esta crítica fue bien expresada el 2001 por Martin Ravallion, del Banco Mundial: “No es raro que los ricos sistemáticamente se rehusen a responder las encuestas o que sean imposibles de encuestar”.

Los fundadores de los estudios sobre distribución de ingresos en el Perú, Richard Webb y Adolfo Figueroa, jamás hicieron cálculos de una manera tan simplista como equivocada y siempre prestaron atención a quienes concentran la riqueza. Más recientemente, en un estudio del 2007 Gustavo Yamada y Juan F. Castro, dos colegas de Mercedes Aráoz en la Universidad del Pacífico, reestimaron los cálculos sesgados basados en encuestas de hogares, y estimaron que para el 2004 el Gini no fue de 0.48 sino de 0.69, es decir 44 por ciento más alto, y que en los 7 años anteriores no había disminuido en 2 por ciento sino aumentado en 12 por ciento.

Ningún misterio bajo el sol. Solo el MEF - IPE tratando de tapar el sol con el dedo. Pero esa enorme manada de elefantes, constituida por las gigantescas ganancias de transnacionales y grandes empresas, sigue allí, atropellando y haciendo sentir su presencia. La enorme y creciente desigualdad de ingresos en el Perú está a la vista y resulta demasiado difícil de ocultar.

miércoles, 23 de junio de 2010

Re-regulación financiera y democracia

5 de Junio 2010

El Espectador
Por: Joseph E. Stiglitz

HAN PASADO CASI DOS AÑOS DESDE el colapso de Lehman Brothers y más de tres años desde el comienzo de la recesión global generada por las fechorías del sector financiero para que Estados Unidos y Europa finalmente reformaran la regulación financiera.

Quizá deberíamos celebrar las victorias regulatorias tanto en Europa como en Estados Unidos. Después de todo, existe un acuerdo prácticamente universal de que la crisis que enfrenta el mundo hoy —y que probablemente siga enfrentando durante años— es el resultado de los excesos del movimiento de desregulación que se inició durante los gobiernos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan hace 30 años. Los mercados sin trabas no son ni eficaces ni estables.

Sin embargo, la batalla —y hasta la victoria— han dejado un sabor amargo. La gran mayoría de los responsables de los errores —ya sea en la Reserva Federal de Estados Unidos, en el Tesoro de Estados Unidos, en el Banco de Inglaterra y la Autoridad de Servicios Financieros de Gran Bretaña, en la Comisión Europea y el Banco Central Europeo o en los bancos individuales— no se ha hecho cargo de sus fracasos.

Los bancos que causaron estragos en la economía global se han negado a hacer lo que es necesario hacer. Peor aún, han recibido respaldo de la Fed, de quien uno habría esperado una postura más cautelosa, en vista de la magnitud de sus errores pasados y de lo evidente que resulta que se hace eco de los intereses de los bancos que supuestamente debía regular.

Esto es importante no sólo por una cuestión de historia y responsabilidad: es mucho lo que se deja a criterio de los reguladores. Y eso deja abierto el interrogante: ¿podemos confiar en ellos? En mi opinión, la respuesta es un no rotundo, razón por la cual necesitamos “definir de un modo inamovible” el marco regulatorio. La estrategia habitual —delegar la responsabilidad en los reguladores para que elaboren los detalles— no será suficiente.

Y eso plantea otro interrogante: ¿en quién podemos confiar? En cuestiones económicas complejas se había depositado la confianza en los banqueros (después de todo, si ellos ganan tanto dinero, obviamente saben algo) y en los reguladores, quienes a menudo (pero no siempre) provenían de los mercados. Pero los acontecimientos de los últimos años han demostrado que los banqueros pueden ganar dinerales y al mismo tiempo socavar la economía e imponerles cuantiosas pérdidas a sus propias firmas.

Los banqueros también han demostrado tener una “ética cuestionable”. Un tribunal de justicia decidirá si el comportamiento de Goldman Sachs —apostar contra productos que la propia empresa creaba— fue ilegal. Pero la corte de la opinión pública ya ha presentado su veredicto sobre la cuestión mucho más relevante de la ética de ese comportamiento. Que el CEO de Goldman se viera a sí mismo haciendo “el trabajo de Dios”, mientras su firma vendía productos cortos que ella misma creaba, o diseminara rumores difamatorios sobre un país donde se desempeñaba como “asesor” sugiere un universo paralelo, con diferentes códigos y valores.

Como siempre, “el diablo está en los detalles”, y los lobbistas del sector financiero han trabajado arduamente para asegurarse de que los detalles de las nuevas regulaciones beneficien a sus empleadores. En consecuencia, probablemente pase mucho tiempo antes de que podamos evaluar el éxito de cualquier ley que el Congreso estadounidense finalmente promulgue.

Eso sí, los criterios para el juicio son claros: la nueva ley debe poner fin a las prácticas que pusieron en peligro a toda la economía global y reorientar el sistema financiero hacia sus tareas propias —gestionar el riesgo, asignar capital, ofrecer crédito (especialmente a las pequeñas y medianas empresas) y operar un sistema de pagos eficaz—.

Deberíamos brindar por los probables logros: se establecerá alguna suerte de comisión de seguridad de los productos financieros; cada vez más operaciones con derivados pasarán de las sombras del mercado turbio y “hecho a medida” a las bolsas y las cámaras compensadoras; y se restringirán algunas de las peores prácticas hipotecarias. Es más, parece probable que se recorten los honorarios escandalosos que se cobran por cada transacción de débito —una especie de impuesto que no tiene otro objetivo público que el de llenar las arcas de los bancos—.

Sin embargo, los probables fracasos son igualmente dignos de mencionar: el problema de los bancos demasiado grandes para quebrar hoy es peor de lo que era antes de la crisis. Una mayor autoridad de resolución ayudará, pero sólo un poco: en la última crisis, el gobierno estadounidense “hizo la vista gorda”, no pudo utilizar los poderes que tenía e innecesariamente rescató a accionistas y bonistas —todo porque temía que, de no hacerlo, la situación derivara en un trauma económico—. Mientras haya bancos que son demasiado grandes para quebrar, el gobierno muy probablemente vuelva a “hacer la vista gorda”.

No sorprende que los grandes bancos lograran frenar algunas reformas esenciales; lo que sí fue una sorpresa fue una cláusula en el proyecto de ley del Senado estadounidense que prohibía que las entidades resguardadas por el gobierno suscribieran derivados riesgosos. Esa suscripción avalada por el gobierno distorsiona el mercado, otorgándoles a los bancos una ventaja competitiva, no necesariamente porque sean más eficaces, sino porque son “demasiado grandes para quebrar”.

La defensa de los grandes bancos por parte de la Fed —que es importante para que los prestatarios puedan minimizar sus riesgos— revela hasta qué punto resultó capturada. La legislación no estaba destinada a prohibir los derivados, sino sólo a prohibir garantías gubernamentales implícitas, subsidiadas por los contribuyentes (¿recuerdan el rescate de AIG de 180.000 millones de dólares?), que no son un subproducto natural o inevitable del préstamo.

Existen muchas maneras de frenar los excesos de los grandes bancos. Una versión contundente de la llamada Regla Volcker (destinada a obligar a los bancos respaldados por el gobierno a retomar su misión fundamental de prestar dinero) podría funcionar. Pero el gobierno estadounidense sería negligente si dejara las cosas tal como están.

La cláusula del proyecto de ley del Senado sobre derivados es una buena prueba de fuego: la administración Obama y la Fed, al oponerse a estas restricciones, claramente se posicionaron del lado de los grandes bancos. Si en la versión final del proyecto de ley logran sobrevivir restricciones efectivas en el sector de los derivados de los bancos resguardados por el gobierno (ya sea resguardados realmente o de manera efectiva porque son demasiado grandes para quebrar), el interés general podría prevalecer sobre los intereses especiales y las fuerzas democráticas sobre los lobbistas adinerados.

Pero si, como predicen muchos analistas, se eliminan esas restricciones, será un día triste para la democracia —y un día más triste aún para las perspectivas de una reforma financiera significativa—.

* Premio Nobel de Economía 2001.© Project Syndicate 1995–2010.

miércoles, 16 de junio de 2010

Refundar el capitalismo

28 de febrero de 2009

Connuestroperu
Por Ana Muñoz*

“El mercado no da medicamentos, ni seguridad, ni paz”, manifestó Amartya Sen en un acto ante cientos de estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid. El Premio Nobel de Economía analizó las causas de la crisis actual y ofreció alternativas para la posible solución. Según el profesor, el capitalismo aún no ha muerto.

Al finalizar la II Guerra Mundial, el capitalismo y sus instituciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), consiguieron levantar una economía devastada por la guerra, dinamizar los mercados y crear puestos de trabajo. Sin embargo, el capitalismo necesita ser refundado hoy día, explica. La crisis global que vivimos pone de manifiesto la necesidad de cambios.

El sistema actual de obtener el máximo de beneficios, de tener más dinero, más propiedades, acumular… no ha dado el resultado esperado. El capitalismo así entendido parece que ha llegado a su fin. La competitividad de los mercados y los individuos tiene que dar paso a otro tipo de relación.

Para Amartya Sen, la solución pasa por tener relaciones de cooperación. Los beneficios, los ingresos y las ganancias tienen que ir acompañadas de beneficios sociales para todos los ciudadanos. Los beneficios tienen que dejar de ser el indicador de si la economía va o no bien. “Hay que pensar más allá de la mera rentabilidad”, explica el Nobel, creador del Índice de Desarrollo Humano que elabora cada año el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Autores clásicos como Adam Smith, ya hablaban de los peligros del mercado, de la ley de oferta y demanda sin control. Para el premio Nobel, nuestra actual crisis económica tiene que ver también con la falta de instituciones de control de los mercados. Considera fundamental la existencia de unos sistemas y valores que ayuden al control y a evitar las grandes desigualdades que hoy existen, donde un 20% controla el 80% de las riquezas del planeta.

Muchas voces críticas denuncian que la globalización ha tenido mucho que ver en la hecatombe económica. El profesor Sen, sin embargo, está a favor de la globalización. “No quiero excluirme, no quiero pertenecer a unas fronteras”, explica. La globalización de los conocimientos, de los productos, de las ideas, de los debates, de la información ha sido una gran revolución y ha hecho que el mundo vea un futuro esperanzador. Hoy, en cualquier parte del mundo puedes conocer lo que ocurre en tu barrio. La globalización ha ayudado a que pensemos en el otro, ha permitido que conozcamos otras realidades y que no podamos decir que “eso yo no lo sabía”. Sin embargo, las desigualdades, la pobreza y las injusticias han aumentado.

El profesor lo explica con la falta de control y de la titularidad de la globalización. Para él, es fundamental crear instituciones fuertes que puedan disminuir las desigualdades y hagan un reparto más justo de las riquezas.

“El nuevo mundo requiere mucho más que capitalismo y mercado, hay que encontrar la combinación de instituciones de mercado e instituciones no mercantiles e impulsar la igualdad y los valores”, dice Sen. Y la crisis, dice, es una oportunidad para realizar los cambios necesarios para construir un futuro mejor.

Confianza, valores, mercado e instituciones de control es la receta para un buen plato para el mundo.

* Periodista
ccs@solidarios.org.es

Economía capitalista: punto de quiebre

13 de febrero de 2009

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Para tener una visión de conjunto de la actual crisis económica es indispensable acudir a los análisis de largo plazo, como los de Immanuel Wallerstein, autor de “El moderno sistema mundial”, libro que desarrolla un análisis exhaustivo de la “economía mundo”, que para él comienza en el siglo XVI y va hasta nuestros días.

En un artículo reciente, Wallerstein dijo que la actual crisis podía definirse como una depresión de grandes proporciones, la que trató de ser ocultada por las autoridades gubernamentales a través de medidas, fiscales primero, monetarias después, que dieron origen a las grandes burbujas financieras. Pero, ahora, “hemos llegado al momento en que estas medidas han encontrado sus límites intrínsecos, como lo constatan amargamente las autoridades. Y esta vez no va a ser tan fácil evitar lo peor; quizá sea imposible” (1).

Wallerstein se refiere a que habríamos llegado al punto de quiebre del carácter cíclico del capitalismo, es decir, a una fase de auge le sucede una de recesión y así sucesivamente. Lo normal es que si ahora estamos en la fase de bajada, dentro de uno o dos años comience nuevamente la subida. Pero no estamos dentro de “lo normal”.

Para Wallerstein, partidario del enfoque de los ciclos largos de Kondratiev y Schumpeter, la fase de bajada del ciclo largo que estamos atravesando lleva ya más de 35 años. Se creía que las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento (TIC o, también, la “nueva economía”) proveerían las bases de un nuevo ciclo largo de crecimiento que nos lleve a una sociedad post industrial. Pero ahora se ve, de un lado, que estas innovaciones no tuvieron la fuerza suficiente. Y, de otro, que los costos de la acumulación ya no pueden ser soportados como antes por las economías centrales.

Por ello, dice Wallerstein: “Lo que diferencia esta fase de la sucesión ininterrumpida de ciclos coyunturales anteriores es que el capitalismo ya no está “haciendo sistema”, en la definición del Premio Nobel Ilya Prigogine: cuando un sistema biológico, químico o social se desvía demasiado, y demasiado frecuentemente, de su situación de estabilidad, ya no puede reencontrar el equilibrio. En ese momento, asistimos a una bifurcación”.

Y agrega: “La situación se vuelve caótica e incontrolable para las fuerzas que la dominaban hasta entonces y por eso surge una lucha, no entre los partidarios y los adversarios del sistema, sino entre todos los actores para determinar qué lo va a reemplazar. Yo uso la palabra “crisis” para este tipo de periodo. Y ahora estamos en crisis. El capitalismo llega a su fin” (2).

El planteamiento de Wallerstein es, ciertamente, provocador. Nos dice que el capitalismo, como antes otros sistemas de organización social, podría ser reemplazado por otro sistema. ¿Cuál? “Creo que es igualmente posible que se instale un sistema de explotación, caramba, aún más violento que el capitalismo y, también, que se erija un modelo más igualitario y redistributivo”.

Wallerstein termina diciendo que esto no es para mañana y que el “nuevo orden” llegaría de aquí a 20 o 30 años. Mientras, “nos estamos moviendo hacia un mundo proteccionista (olvídense de la llamada globalización) y una mayor ingerencia del Estado en la producción. Estamos yendo hacia una redistribución dirigida por los gobiernos que puede tomar una forma socialdemócrata de centro izquierda o una autoritaria de centro derecha. Y también tendremos agudos conflictos sociales dentro de los países, pues todos compiten por una torta más pequeña. En el corto plazo, no es, para nada, una foto bonita”.

(1) La depresión: una visión de largo plazo, www.monthlyreview.org/mrzine/wallerstein161008.html, 16/10/08
(2) El capitalismo llega a su fin, Le Monde, 11/10/2008.
www.lemonde.fr/archives/article/2008/10/11/le-capitalisme-touche-a-sa-fin_1105714_0.html

Postergan impuesto a los ricos

26 de noviembre de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Aprovechando la parafernalia mediática que causa el APEC, el gobierno ha decidido postergar la eliminación de las exoneraciones al pago de impuestos por parte del capital financiero.

En efecto, en marzo del 2007, el gobierno promulgó el DL 972 estableciendo que, desde enero del 2009, este sector pagaría impuestos. Su objetivo: “permitir la consolidación del mercado de capitales así como lograr la mayor eficiencia, equidad y simplicidad” del sistema tributario. Recordemos que esta fue una promesa electoral del APRA para su aplicación inmediata, por lo que la prórroga al 2009 era ya un incumplimiento. No solo eso: tan lejos como en el 2003, APOYO elaboró un estudio a pedido del MEF, donde se recomendaba eliminar estas exoneraciones.

Pero hace dos días el Ministro Valdivieso ha enviado un proyecto de ley al Congreso prorrogando las exoneraciones hasta enero del 2010, pues en estos 20 meses “no se ha podido elaborar el reglamento por razones técnicas”.

Si esto fuera cierto, quedaría demostrada la poca voluntad para llegar a una mayor equidad (objetivos del DL 972): que tributen más los que más tienen. Tampoco el MEF hace nada para “simplificar” la tributación, pero se llenan la boca con ese mismo argumento para justificar la rebaja de aranceles.

Pero la verdad es que el MEF no ha hecho nada porque el gobierno favorece los intereses del capital financiero con estas exoneraciones, algo que la ortodoxia neoliberal critica (en la teoría) cuando dice que “las reglas de juego deben ser iguales para todos”. Pero en el Perú “todos” no somos iguales. Para muestra un botón: sí se eliminan las exoneraciones tributarias a los gobiernos regionales de la Amazonía.

Dice el Ministro Valdivieso que “no se perdería mucha recaudación porque la Bolsa ahora tiene pérdidas”. ¡Qué tal cuajo! Cuando en la Bolsa hay ganancias, no se les grava porque “se afectan las inversiones”. Y cuando hay pérdidas no se les grava “porque recaudan poco”. Dice el tributarista Jorge Manini que del 2004 al 2007 se dejó de recaudar S/. 50 millones anuales.

El tema, sin embargo, no es solo de ganancias o pérdidas de inversionistas individuales. El ministro no nos dice que la exoneración también alcanza a las compras de empresas que se realizan en la Bolsa de Valores, donde hay enormes utilidades que, hoy, están exoneradas del impuestos a las ganancias de capital. Se estima que quienes venden las empresas (y realizan ganancias de capital) dejan de pagar más de S/. 180 millones anuales, cifra que va a aumentar en esta época de globalización.

También se prorrogan las exoneraciones a las ganancias de intereses de los poseedores de bonos, lo que supera los S/. 200 millones anuales en el 2008, utilizando la metodología del estudio de Apoyo del 2003. Tampoco el ministro se preocupa de poner un impuesto a las ganancias de capital por la venta en el extranjero de empresas cuya única renta son minas o campos petroleros peruanos, que es lo que ha sucedido hace poco con Perenco, Monterrico Metals y Peru Copper (ver www.cristaldemira.com, 29/10/08 y 17/11/08), que han dejado de pagar en conjunto más de S/. 300 millones. Para ya no hablar de la promesa electoral de un Impuesto a las Sobreganancias mineras y petroleras que terminó en el mini óbolo, que hoy las mineras van a dejar de pagar porque han bajado los precios de los mineralesl

Al mismo tiempo, el Ministro Valdivieso dice que se podría rebajar el IGV, siempre y cuando la recaudación tributaria aumente en el 2009. Lo que de ninguna manera va a suceder, pues la recaudación va a bajar fuertemente por la caída de precios de los minerales. Esto es una burla total a la ciudadanía (que, sin embargo, fue recogida ayer como titular de portada del “obediente” Peru21).

En síntesis, el actual gobierno hace todo lo posible por disminuir los ingresos fiscales (no se ha eliminado la rebaja de aranceles de Carranza que cuesta S/. 3,000 millones anuales) en momentos que la crisis internacional nos va a caer con todo. La verborrea irresponsable de García diciendo que el Perú es una fortaleza y un refugio de los capitales en crisis no resiste el menor análisis y, bastante más temprano que tarde, todos sufriremos las consecuencias.

De cómo la crisis desmonta la falacia neoliberal

28 de septiembre de 2008

Connuestroperu
Por Xavier Caño Tamayo (*)

En el verano de 2007 estalló la crisis. El banco francés BNP suspendió fondos de inversión por impagos del sector estadounidense de hipotecas basura. El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) inyectaron millones de euros y dólares en bancos. Compras públicas de entidades para su rescate y de activos contaminados, inyecciones millonarias… El Gobierno estadounidense nacionaliza Fannie Mae y Freddie Mac, firmas que avalan casi la mitad de créditos hipotecarios estadounidenses, cuando sufren enormes pérdidas por impagos.

El catedrático de economía Juan Torres lo resume así: “La deuda creada con el boom inmobiliario estadounidense, y en general en los demás países, es excesiva e insostenible. Esa deuda se basa en papeles financieros de escaso valor, opacos, arriesgados y volátiles, como hipotecas de millones de personas que dejan de pagar. (…) Pero el pastel se descubre cuando los bancos no pueden disimular más tiempo sus inversiones en paquetes de hipotecas basura sin valor y en fondos inmobiliarios sin mercado”.

¿Por qué se extiende la crisis a otros sectores? Torres nos lo cuenta: “Al dedicar muchos recursos a especulación inmobiliaria, en productos financieros opacos y peligrosos, los bancos han incentivado la actividad económica que menos riqueza y empleo crea. Y cuando la burbuja, que ellos mismos han creado con la complicidad de los bancos centrales, estalla, comprueban que sus balances hacen aguas, no tienen liquidez y se han evaporado sus depósitos. Y cierran el grifo a empresarios y consumidores. Así ahogan la actividad económica y provocan desempleo masivo, subidas de precios desorbitadas por la especulación y crisis sin parangón. Los bancos y entidades financieras son culpables de lo que pasa”.

De mala suerte o desastre impredecible, por tanto, nada de nada. Joseph Stglitz, Nobel de Economía, lo juzga lúcidamente: “Esta crisis es fruto de la falta de honestidad de las instituciones financieras y de la incompetencia de los políticos”.

Y ahora, Wall Street recibirá mucho dinero público para comprar activos envenenados por las hipotecas basura, que fulminan balances de bancos y paralizan la economía real estadounidense, y así sacarlos de los balances de entidades financieras: 700.000 millones de dólares; el PIB de Suecia son 500.000 millones.

El coste de esta crisis para los estadounidenses superará el billón de dólares. En abril, el Fondo Monetario Internacional calculaba pérdidas de 945.000 millones de dólares, equivalente al producto interior bruto de México. Ahora rectifica: serán 1,3 billones de dólares elevando la deuda pública estadounidense a 11,3 billones de dólares para salir al rescate. Los congresistas estadounidenses han entendido el plan de rescate del sistema financiero: “Les das buen dinero y a cambio te dan lo peor”.

El ex presidente del gobierno español, Felipe González, ha reconocido que “no es cierto lo que creíamos de que el mercado regula la economía”. Y los eurodiputados del Parlamento europeo diagnostican que el mercado ha fracasado, porque no ha habido vigilancia ni transparencia. Eurodiputados de todos los colores declaran que “los tiempos de la desregulación absoluta han pasado. Los mercados no se autorregulan (…). Necesitamos regular los mercados. Debemos establecer reglas y necesitamos un árbitro (…). En los mercados hay ladrones y por eso se necesita policía”.

El primer ministro británico, Gordon Brown, el jefe del gobierno español, Rodríguez Zapatero, y el presidente brasileño Lula da Silva, reunidos en Nueva York, piden crear un organismo internacional que supervise y controle el sistema financiero.

Bienvenidos a la razón y a la lucidez. Ahora hay que imponer transparencia financiera y regular el mundo financiero y someterlo al control de la democracia.

Es indecente profesar fe en el mercado con vacas gordas y suplicar la intervención gubernamental (¡tan antineoliberal!) con vacas flacas… para que el dinero público pague las deudas.

Una campesina ilustra en una caricatura de un humorista español: Si nada ganábamos cuando se forraban, porque hemos de perder cuando se la pegan.

(*) Periodista y escritor

El famoso riesgo-país

23 de septiembre de 2008

Connuestroperu
por Herbert Mujica Rojas

Hay conceptos económicos que se manejan políticamente. Sobre todo cuando hay intenciones apenas disimuladas de no agitar cuestionamientos o curiosidades en torno a múltiples convenios sospechosos o llevados a cabo en la dictadura delincuencial de Kenya Fujimori. El tándem riesgo-país es uno de esos términos.

La Cámara de Comercio Española acaba de revelar que las inversiones de su país suman 11 mil millones de dólares a la fecha. Han puesto capital de riesgo, en dinero y en papeles por ese impresionante monto. Que se sepa, ninguna empresa ibérica se ha ido del país o piensa hacerlo en los próximos años.

Durante el decenio 1990-2000 el Estado peruano firmó multitud de exenciones tributarias, regaló licitaciones con dedicatoria a conglomerados que de empresariales sólo tenían el nombre porque su costumbre era —y es— vivir de las ubres pingues del Estado. Aquí han existido pandillas de negociantes que se hacían llamar ministros, senadores o diputados, que peleaban entre sí para ver quién servía con mayor afán a las firmas foráneas y a los representantes de éstas en el Perú.

¿Quiénes hablan del riesgo-país cada vez que se encrespan los ánimos y se agita el gallinero? Pues, nada más y nada menos que los analistas que representan a estas mismas transnacionales y que alguna vez tuvieron parte en su ingreso al Perú. De este modo, dicen ellos, protegen sus colocaciones y lanzan una señal de alerta al gobierno y a sus compinches locales para que no descuiden su "patrimonio".

Pluspetrol, Hunt, SK, Graña y Montero, Hidrocarburos Andinos SAC (ahora reemplazada por Tecpetrol —de la cual es dueña al 100% Techint, ingresada ¡Dios sabe cómo— en el consorcio Camisea) y todas las otras firmas alrededor del gran proyecto gasífero no han hecho saber hasta el momento que se van o que abandonan el Perú. ¿Qué, el riesgo-país no les afecta o no les conviene aplicar el concepto?

Telefónica, IBM, Repsol, ningún banco, Petrobras (que acaba de comprar Pérez Companc, con inversiones en el Noroeste), Odebrecht y otras grandes transnacionales tampoco han notificado al Perú que se van. Entonces, ¿por causa de qué tanto brinco, si el suelo está parejo?

Resulta que los empleados de los grandes capitales, enquistados en los medios de comunicación, son los que se llaman a escándalo cada vez que el país sufre conmociones sociales y entonces presurosos, al filo de un ataque de nervios, se apuran muy mucho en agitar el término: riesgo-país. Es que es una forma de justificar sus sobres de pago y también de hacer méritos ante los patrones. ¡Qué verguenza!

Un país no se construye con alharaquientos serviles y crematísticos; se forja una nación con valentía y con garra de vencedores. ¿O ninguna de las firmas mencionadas evalúa el riesgo-país o no le hace casos a los agoreros de apocalipsis recurrentes? ¡Qué disparate!

El riesgo-país tiene un conchabo sucio con esa monserga de la "estabilidad jurídica".

¡Pamplinas!

Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

La crisis de EE. UU. y los fanáticos del libre mercado

10 de septiembre de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

La ahora inevitable nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac es el cambio de régimen más radical de las últimas décadas en temas financieros y económicos globales. EE. UU. , que apoyó agresivamente la política de privatización de las empresas estatales, ahora abandona la política de los beneficios del mercado y la libre empresa. Acaba de llevar a cabo la nacionalización más grande de la historia de la humanidad: ha aumentado los activos del Estado en US$ 6 billones (trillones en inglés), así como sus obligaciones de deuda pública en otros US$ 6 billones.

Ahora, los camaradas George Bush, Henry Paulson (Secretario del Tesoro de EE. UU. ) y Ben Bernanke (Jefe del Banco Central, Fed) han hecho que EE. UU. se convierta en la República del Estado Socialista Unido de América (URSSA, en inglés). El socialismo está vivo y coleando en América. Pero este es el socialismo para los ricos, los "bien conectados" y los de Wall Street. Un socialismo donde se privatizan las ganancias y donde los contribuyentes norteamericanos pagan la factura de US$ 300,000 millones, que es lo que cuesta nacionalizar a Fannie y Freddie.

Estos párrafos provienen del blog de Nouriel Roubini (1), economista de la Universidad de Nueva York, que anticipó hace más de 2 años la actual crisis (ha sido citado muchas veces en esta columna). Hace poco, el New York Times le dedicó una larga entrevista titulada Dr. Doom (algo así como "agorero del apocalipsis") pues su análisis era un pronóstico del desastre que ahora vivimos, pero que pocos economistas querían ver.

Como se sabe, Fannie Mae y Freddie Mac son los dos gigantes del mercado hipotecario de EEUU, que han quebrado debido a los bonos basura "subprime" y que han sido nacionalizados por el gobierno, pagando las enormes sumas detalladas más arriba.

Dice Roubini que este salvataje "proviene del gobierno pro-mercado más fanático e ideológico de la historia: fueron tan fanáticos que no se dieron cuenta de que los mercados financieros –como todos los demás– son como una jungla de avaricia que no tiene miedo a las pérdidas ni al castigo".

Roubini alude, de un lado, a los enormes márgenes financieros de los "bonos basura" con respecto a los bonos del Tesoro y, de otro, a que no hay riesgo (castigo) para los grandes inversionistas porque, al final, siempre son salvados por el Estado, con la plata de los contribuyentes. Agrega Roubini: "Por eso, para que no haya burbujas crediticias ni de activos inmobiliarios que llevan a las quiebras y al pánico, tiene que haber reglas claras, así como una buena supervisión y regulación".

Dice Roubini que eso es lo que no hubo, "pues estos hipócritas moralistas, que alaban los valores familiares y pretenden ser más santos que uno, frecuentemente se descubre que son pervertidos; de la misma manera, así como alaban el capitalismo salvaje y no creen en la regulación y la supervisión, ahora nos han llevado a la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1929, todo en beneficio de los ricos y bien conectados".

Se aprecia claramente que crece la indignación ciudadana: "Es cierto que los fanáticos celosos de cualquier religión causan el terror y la destrucción con su mesianismo inflexible, pero normalmente no administran la economía más grande del mundo. Son estos liberales de la "economía vudú" los que han causado la crisis. Por eso, deben ser avergonzados ante el público por su hipocresía y fanatismo, que ha causado tanto daño económico y financiero".

La cuestión final es: ¿qué impacto tendrá esta crisis financiera —que cada día amenaza más convertirse en una crisis sistémica; ayer otro banco de inversión, Lehman Brothers, perdió el 45% de su capital— en el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre? ¿Y en la situación económica del mundo entero, sobre todo en el precio de los metales, qué tanto afecta al Perú?

(1) www.rgemonitor.com/blog/roubini

El gobierno de los ricos

08 de septiembre de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Una reciente encuesta de Ipsos Apoyo para Lima Metropolitana nos trae elementos que confirman, una vez más, que el crecimiento económico aporta beneficios, en lo fundamental, al sector A, y mucho menos al resto de sectores, sobre todo al D y E, que son los más pobres.

Lima Metropolitana 2007: Ingresos y Gastos por sectores económicos (en S/. millones)

Dice la encuesta que el sector A (el 5.5% de la población) gana en promedio S/. 12,118 mensuales, mientras que el sector E (el 13% de la población) gana S/. 660/mes (ver cuadro). Lo primero que salta a la vista es la enorme inequidad, pues el sector A gana 18 veces más que el E. El sector C, la clase media limeña, es el más amplio con el 35% de la población y S/. 1,392 de ingresos mensuales.

Nótese que si sumamos al sector D y E, obtenemos el 42% de la población con ingresos inferiores a los S/. 1,200 mensuales que el INEI establece como canasta mínima mensual para una familia de 5 personas. Este es el crudo resultado después de varios años de fuerte crecimiento económico.

A partir de la encuesta de Apoyo, hemos realizado cálculos propios. Primero, hemos tomado el # de hogares de Lima de la Encuesta Nacional de Hogares 2007 del INEI (1'998, 354 hogares) y lo hemos multiplicado por los ingresos por sector que da Apoyo. Así, el sector A tiene ingresos mensuales de S/. 1,332 millones, mientras que los ingresos del E solo son S/. 171 millones/mes.

Apoyo dice que el gasto en alimentos del sector A es el 15% de su ingreso promedio, mientras que para el E la cifra es 65% (como en África). Ojo, el gasto en alimentos del sector C, la clase media es 49%, cifra que duplica a la de otros países como Argentina, Chile y Colombia. No está nada bien esta clase media. Nótese que el gasto mensual en alimentos del sector A (S/. 200 millones) es el doble que el del E (S/. 111 millones), a pesar de que solo gasta el 15% de sus ingresos en comida.

Apoyo dice que el ingreso disponible para gastos extra (después del pago de alimentos, educación, transporte y servicios básicos) es de 62% para el sector A, lo que equivale a S/. 7,500/mes (12,118 x 62%), o S/. 826 millones mensuales para todo el sector. En cambio, la cifra de plata extra para el sector E es del 2%, 13 soles mensuales (660 x 2%), o S/. 3.4 millones mensuales para todo el sector. Nótese que la clase media, sector C, dispone de S/. 195 mensuales (1392 x 14%) de plata extra para toda la familia.

Este "dinero extra" del sector A ha aumentado enormemente el consumo de lujo. Dice Apoyo: "Hay mayores ventas de vehículos de alta gama (cuyos precios llegan a US$ 400,000), yates, joyas, relojes, entre otros". (El Comercio, 6/9/08). Agrega Apoyo: "En Lima en el 2008 se vendió un Maserati color plateado. Además, entre el 2006 y el 2008, se vendieron tres Ferrari, todos de color rojo". El gobierno les ha dado una "ayudita" a estos sectores: en diciembre del 2006, Carranza bajó el arancel a los yates de 4% a 0%. En el 2007, bajó el arancel de vehículos nuevos, así como el de las joyas, del 12 al 9%.

Casi siempre se sabe todo lo que hacen los pobres, hasta si la mamá le da un vaso de leche a quien, supuestamente, no debería. Pero poco se sabe sobre los patrones de vida y de consumo de los ricos. Ese el mérito de esta encuesta de Apoyo-Ipsos. Los datos demuestran claramente que el modelo económico genera una concentración de ingresos en los sectores más altos y que es allí donde hay que cortar el consumo y no en el presupuesto 2009, porque eso golpea a los pobres. Pero eso es como pedirle peras al olmo porque este es el gobierno de los ricos.

Seguridad jurídica para las nacionalidades amazónicas

18 de agosto de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Se afirma, desde la costa, que la selva amazónica es un territorio vacío y despoblado a la espera de colonos que lleven los instrumentos, técnicas y conocimientos modernos, condición sine qua non para que esa inmensa área "camine por la senda del progreso". Con el perro del hortelano, Alan García le dio una vuelta de tuerca adicional a ese concepto: sin el acaudalado inversionista que compre grandes cantidades de tierras, no es posible "poner en valor" el territorio amazónico.

Para comenzar, la Amazonía no está despoblada. Según el Tratado de Cooperación Amazónico, hay cerca de un millón de indígenas, de los cuales alrededor de 300,000 se encuentran en Perú, 200,000 en Bolivia, 100,000 en Ecuador y 70,000 en Colombia. Hay 177 grupos étnicos, cada uno con una herencia cultural propia y un idioma distinto (aunque agrupados en familias lingüísticaa) y con rasgos culturales comunes de adaptación al medio (1).

Por tanto, hay conocimientos propios que deben ser respetados y protegidos. Ese es el punto de partida para avanzar hacia una estrategia de crecimiento y desarrollo. Los pueblos indígenas tienen derechos sobre las tierras que habitan, reconocidos por el Convenio 169 de la OIT sobre "Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes", que en el Perú tiene fuerza de ley porque fue aprobado por el Congreso. El Art. 14 dice: "Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión" (2).

Eso es lo que violan los decretos legislativos 1015 y 1073. Lo primero es que no han sido consultados con los propios interesados, lo que nos informa sobre el desprecio a lo indígena. Segundo, que los DL 1015 y 1073 no tienen nada que ver con el TLC con EEUU (que origina las facultades que el Congreso le dio al Ejecutivo en diciembre pasado), pues modifican la forma de votación para que las comunidades campesinas y nativas puedan vender sus tierras.

Con el DL 1073 (que modificó el DL 1015, pero no cambió su esencia) ahora "los terceros" podrán comprar las tierras de la comunidad, teniendo como único requisito "el voto a favor de no menos del 50% de los comuneros posesionarios con más de un año". El objetivo es claro: "se trata de beneficiar a las empresas mineras, petroleras y otros agentes interesados en explotar las tierras de las comunidades campesinas y nativas, lo cual va a ocasionar el incremento de los conflictos sociales y ambientales y un mayor clima de inestabilidad" (Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas, julio 2002).

García cree que solo la inversión minera, petrolera y forestal (que vienen de fuera) "salvarán" a la Amazonía. Para "ayudar" a esa inversión se pasa por encima de los derechos, se cambian las leyes y se deja de lado a las organizaciones nativas, como la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (Conap) y Aidesep.

El propio gobierno crea las condiciones de inestabilidad social, y hasta la Defensoría del Pueblo ha presentado una acción de inconstitucionalidad al DL 1015 porque vulnera los derechos constitucionales de participación y consulta de las comunidades campesinas y nativas. Se violan los derechos y luego, cuando hay protestas, vienen las campañas acusando de violentistas a quienes se defienden. Es el mundo al revés.

Queda claro que el gobierno respeta los derechos de unos y no de otros. Por eso, en reciente comunicado dice la Conap: "los pueblos indígenas necesitan estabilidad y seguridad jurídica". Algo que el gobierno cumple solo con los convenios de estabilidad con los grandes inversionistas. Una vez más, dos varas y dos medidas.
........................

(1) Ver Comunidades Nativas en la Amazonía Peruana, de Alonso Zarzar y Carlos Mora. También, Estudio comparativo de la distribución de la renta petrolera en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, ESMAP, 2005.
(2) Ver Informe Alternativo 2008 sobre el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT en el Perú: www.movimientos.org/imagen/Informe_Alternativo_Peru_C_169_OIT_final.pdf

¿Perú podrá pasar a Chile en 8 años?

23 de julio de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

El presidente García no pierde ocasión para hacer comparaciones entre la economía peruana y la chilena. La Revista Qué Pasa de Santiago lo cita diciendo: "Cada año que pasa vamos reduciendo en 5% la distancia que nos separa con Chile. Considero que el 2015 Perú será en términos exportadores y sociales un país cualitativamente superior a Chile" (www.quepasa.cl, 24/5/08).

Puede o no ser criticable que García piense que es bueno emular a Chile. Eso depende de cada cual. La cuestión es que, para hacerlo, hay que usar correctamente los conceptos y los datos estadísticos. Si Perú crece al 9% y Chile al 5%, ciertamente Perú está creciendo más. Pero, ¿eso quiere decir que "pronto" podremos alcanzar a Chile? Eso depende de la distancia económica entre los dos países.

Una de las maneras más simples de medirla es el PBI per cápita (se divide el PBI entre la población de cada país), lo que hizo la revista Qué Pasa. Tomaron el PBI nominal per cápita, que en Chile era de US$ 10,000 y en el Perú de US$ 3,500. ¿Cuánto tardaría Perú en alcanzar a Chile si el PBI de Perú crece al 7% y el de Chile al 5%? La respuesta de Qué Pasa fue: 56 años (ver cuadro).

A esta "corrida" le agregamos otras. Vemos que si, sostenidamente, Chile crece al 5% y Perú al 11% (algo imposible), tardaríamos 19 años en alcanzarlos. ¿Alguien dijo 2015?

También hemos usado la metodología de la Paridad de Poder de Compra (PPC) del PBI. En términos simples, ésta iguala el poder de compra al interior de cada país y permite comparar el poder adquisitivo de la población. Según el Banco Mundial (Programa de Comparación Internacional 2007), el PBI de PPC per cápita de Perú fue US$ 6,466 y el de Chile US$ 12,282 en el 2005. En ese caso, estamos "un poquito" mejor. Si Perú crece al 7% y Chile al 5%, ya no nos demoraríamos 56 años en alcanzarlos, sino "solo" 34 años (ver cuadro).

Lo más probable es que Perú crezca 1 o 2% más que Chile mientras los términos del intercambio (precios de los minerales) se mantengan elevados (siempre que las cifras de crecimiento del PBI no estén maquilladas). Si vienen las vacas flacas por una crisis internacional, las tasas de crecimiento del Perú podrían ser menores a las de Chile.

A estas comparaciones estadísticas debe agregarse un análisis cualitativo. Por ejemplo, la existencia o no de "fracturas sociales", la calidad de las instituciones, la clase política y el sistema de partidos, la presión tributaria, el nivel de inversión y la capacidad productiva (industrial y agraria), la calidad de la educación y salud, los niveles de equidad (salario mínimo, pensiones de los jubilados), la base tecnológica, la calidad de la infraestructura, la base energética (allí sí estamos bien), el control de la renta de los recursos naturales, entre otros.

En este plano, que no es otro que el de la gobernabilidad a largo plazo, estamos bastante lejos, no solo de Chile sino de buena parte de los países de la Región. Lo mejor que podría hacer el presidente García es dejar de pensar que con el crecimiento económico basta, así como su estilo de enfrentamiento interno; no hablar de estadística. Por eso, no se entiende que García diga que en 8 años Perú será "cualitativamente superior en lo social" al vecino del sur. Lo mejor que podría hacer el presidente García es dejar de lado su estilo de enfrentamiento interno, no hablar de estadísticas porque no las conoce y dedicarse a mejorar la gobernabilidad. Así las cosas, poco a poco nos iremos acercando no solo a Chile, sino al resto de nuestros vecinos.

Un capítulo económico infame

13 de junio de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico.

Cualquier persona que use el buscador "Google" podrá rápidamente acceder a las Constituciones de los países vecinos, entre ellos Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México. Al revisar el capítulo económico se puede constatar que en ninguna existe un artículo que diga que la actividad empresarial del Estado es subsidiaria (o sea que solo se puede realizar si el sector privado no puede o no quiere intervenir), como en el Perú lo establece el Art. 60 de la Constitución Fujimori-Yoshiyama de 1993 (C-1993).

En Chile, por ejemplo, el Art. 21 de la Constitución de 1980 de Pinochet dice: "El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza". Lógico, la estatal Codelco es la primera empresa de cobre del mundo (provee divisas e ingresos tributarios al Estado y más de US$ 1,000 millones anuales a sus FFAA), mientras que la estatal petrolera ENAP es dueña de las dos únicas refinerías y, en el Perú, es dueña junto con el Grupo Romero de las estaciones de servicio Primax.

Tampoco se otorga al capital extranjero igual trato que al nacional, como lo establece el Art. 63 de la C-1993: "La inversión nacional y la extranjera se sujetan a las mismas condiciones". En Brasil, el Art. 171 de la Constitución de 1988 dice: "La ley podrá, en relación a la empresa brasileña de capital nacional: conceder protección y beneficios especiales temporales para desenvolver actividades consideradas estratégicas para la defensa nacional o imprescindibles para el desarrollo del país". Además, "el poder público dará tratamiento preferencial, en la adquisición de bienes y servicios, en los términos de la ley, a la empresa brasileña de capital nacional".

Esto rige a nivel mundial y es la base de las negociaciones comerciales entre países. Hasta hoy, en la OMC, el tratamiento al capital extranjero es potestad soberana de cada país y no existe tratamiento común porque se considera, precisamente, que la empresa nacional es un factor clave del desarrollo económico.

Pero en el Perú se ha ido más lejos, pues se le ha dado trato preferencial al capital extranjero, por encima del capital nacional. Eso hace el Art. 62 de la C-1993: "Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar seguridades. No pueden ser modificados legislativamente".

Así, los contratos de estabilidad jurídica, firmados en su gran mayoría con empresas extranjeras, no se pueden modificar ni en una coma, salvo acuerdo entre las partes (lo que aquí quiere decir cuando la empresa, por su interés, lo quiera renegociar). Hasta el FMI es contrario a estos contratos "porque discriminan a las empresas nacionales".

En los países mencionados también existen contratos de estabilidad jurídica, pero no tienen blindaje constitucional. Si el Congreso considera pertinente la renegociación de un contrato petrolero o minero (porque los precios han subido 500% o 1,000%, como ha sucedido estos últimos años), entonces lo hace ejerciendo un derecho soberano, ya que los recursos naturales –y las ganancias extraordinarias– son de la Nación.

La modificación de estos artículos del capítulo económico no "traería abajo la estabilidad económica ni ahuyentaría la inversión". Lo que sí haría es modificar un "contrato social" indigno de ese nombre pues su objetivo fue blindar los intereses de determinados sectores económicos, dejando fuera a la mayoría de la población.

Cualquier reforma constitucional debe comenzar poniendo el péndulo económico al medio, propiciando un equilibrio entre mercado y Estado para superar las desigualdades, agudizadas por ese capítulo económico. Pero la derecha económica y política defensora de la Constitución de 1993 quiere que todo permanezca igual. De su lado, la cúpula del Partido Aprista tampoco quiere darse cuenta, porque tiene otros intereses, que en Indoamérica ninguna Constitución consagra esos postulados neoliberales. Al ritmo del "perro del hortelano" se ha "olvidado" que en las elecciones del 2006 prometió todo lo contrario.

Un capitalismo suicida y gangsteril

11 de mayo de 2008

Connuestroperu
Por Xavier Caño Tamayo (*)

Crisis hipotecaria, crisis inmobiliaria, crisis financiera, subida incesante del petróleo, alza desmesurada de precios de alimentos… Pero, en realidad, la misma crisis. Veamos.

Este sistema neoliberal ha impulsado monocultivos agrícolas para producir en masa, lo que ha distorsionado la agricultura. Además, el Banco Mundial (que hoy se rasga las vestiduras) ha impuesto durante años una producción agrícola para exportación, no para las poblaciones locales, porque le han interesado más las divisas para mercados financieros que alimentar a la gente. Por otra parte, la crisis hipotecaria y financiera conduce a los especuladores a invertir en mercado de futuro de materias primas y provocan una disparatada alza del precio de alimentos. Para rematar, el contubernio de intereses del sector petrolífero, automoción, farmacéuticas y grandes corporaciones agropecuarias perpetra que la tierra cultivable de países empobrecidos se siembre con vegetales para producir biocombustible para países desarrollados. Una nueva versión de Norte contra Sur, pero en esta película el Norte no son los buenos ni pretenden liberar de la esclavitud a nadie. A todo esto, empleados y trabajadores de todo el mundo han soportado durante tres décadas que sus salarios aumenten a ritmo de caracol y, aún peor, con la multicrisis “la vida de millones de personas se deteriora a gran velocidad”, como ha denunciado Kostas Stamoulis, dirigente de la FAO. La cantidad de hambrientos se dispara y se crean cien millones más de pobres, que pueden esperar el deterioro o la muerte, emigrar o rebelarse, como ya ha empezado a ocurrir en una docena de países empobrecidos.

Ante todo esto, el diario The Independent publica que el mundo occidental “se encuentra en una crisis económica de magnitud similar a la del petróleo de 1973. Asistimos al desmoronamiento del liberalismo, el modelo ideológico y económico dominante en los últimos 30 años”. Lamentablemente no es cierto. El modelo neoliberal no se desintegra, porque sus mimbres ideológicos, oscuros compromisos políticos, opacidades y actuaciones gangsteriles permanecen. Da igual que el liberalismo teórico, el de Adam Smith, indique que la actividad económica ha de promover la eficiencia en los servicios y la bondad de los productos para satisfacer el mercado. Hoy, la actuación económica real busca el enriquecimiento acelerado y concentrado en manos de muy pocos, utilizando la especulación como instrumento principal. El valor económico real del planeta es un tercio del valor de los bonos, títulos, acciones y otros inventos financieros emitidos respecto a esos activos reales.

Ese carácter especulativo es denunciado con algunos matices diferenciales por Alan Greenspan, Bernard Connolly (ex jefe de análisis de la Comisión Europea), David Rosenberg (jefe de Merrill Lynch), Georges Soros, o el economista Paul Krugman. Critican a las autoridades monetarias por permitir una economía sobre todo especulativa.

Es muy sencillo. Si no se controlan los mercados financieros, los bancos, los fondos de inversión y, ya puestos, se actúa contra los paraísos fiscales, las medidas contra las crisis, cuya más nefasta consecuencia es el aumento de la pobreza y del hambre, son humo.

Del carácter gangsteril de este sistema económico, además, da fe la caída de Bear Stearns, quinto banco de inversión del mundo, caída que nos cuenta Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique. Aprovechando la desconfianza generada por la crisis, JP Morgan, otro gran banco, difunde rumores, premeditada y alevosamente, sobre falta de liquidez de Bear Stearns. Aunque éste muestra documentalmente que no es cierto, no consigue detener la ruina. Finalmente acepta ser vendido a JP Morgan. En plena crisis, nos cuenta Ramonet, los más bandidos del sistema persiguen con rumores o como sea que el valor de algunos bancos se divida por diez y comprarlos a precio de ganga.

Tal vez debamos recuperar la convicción de que es imprescindible un profundo cambio económico-social, ahora que conmemoramos cuarenta años de Mayo del 68. Y ponerse a ello porque, como ha escrito el analista alemán Michael Krätke, todo lo que ha llevado a esta multicrisis global confirma que el propio capitalismo neoliberal sienta las bases de su propia destrucción. No nos duele que desaparezca, lo deseamos, pero así, fruto de necia y gangsteril actuación, se llevaría por delante a cientos de millones, que no tienen la menor responsabilidad en el desastre y sí todo sus derechos humanos a respetar.

(*) Escritor y periodista
ccs@solidarios.org.es

Fidel tenía razón

19 de abril de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

"No es frecuente que esta revista se encuentre de acuerdo con Fidel Castro, el dictador comunista de Cuba. Pero cuando este se levantó de su lecho de enfermo la semana pasada para escribir un artículo criticando el entusiasmo nada saludable de George Bush por el etanol, dio en el clavo. Junto con otros críticos de la "marcha hacia el etanol", el Sr. Castro advirtió en contra de la "siniestra idea de convertir los alimentos en energía".

Eso dijo la revista inglesa The Economist, en abril pasado. Esta semana, Alistair Darling, ministro de finanzas de Inglaterra, pidió revisar los programas internacionales de biocombustibles; un panel de asesores científicos de la Unión Europea demandó la suspensión de la meta al 2020; y Jean Ziegler, relator de la ONU sobre el derecho a la Alimentación ha dicho que la producción en masa de biocombustibles es un "crimen contra la humanidad".

En Europa y EEUU, el etanol se obtiene del maíz y los gobiernos otorgan subsidios a los agricultores que lo producen. Por tanto, disminuye la cantidad de maíz para alimentos, lo que aumenta su precio. Para gozar de los subsidios, los productores de trigo y soja se pasan al maíz, lo que eleva los precios del pan (y los fideos) y el aceite. Del 2004 a la fecha, los precios del maíz, trigo y soja se han, al menos, triplicado.

Lo peor es que la ecuación energética del etanol de maíz es negativa: según Timothy Searchinger, de Princeton, la emisión de contaminantes que conlleva la producción de un litro de etanol de maíz es mayor al ahorro de energía que produce su consumo. Dice Searchinger que la posible excepción es el etanol de caña de azúcar de Brasil, pues necesita muy poca energía en su cultivo y la refinación es rápida.

El impacto sobre los países importadores netos de alimentos (como Perú) ha sido fortísimo. Dice Robert Zoellick, del Banco Mundial, que estas alzas pueden causar graves disturbios sociales en 33 países. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha dicho que en los 3 primeros meses del año ya se le acabó el presupuesto, por lo que hay riesgos de hambruna para 100 millones de personas.

Dice el New York Times que el 20% más pobre de la población de EEUU solo gasta el 16% de su ingreso mensual en alimentos. Pero en Indonesia el mismo gasto es 50%, 65% en Vietnam y 73% en Nigeria. Conclusión: "allí donde la comida representa el 50 a 75% del ingreso, no hay margen de sobrevivencia" (New York Times, 10/4/08).

En el Perú la inflación de alimentos también golpea a los pobres. Según información de Apoyo, citada por el presidente del BCR, Julio Velarde, en el 2007 la inflación fue más alta para el sector E (4.33%) que para el A/B (3.09%). Ojo, esta es la inflación de Lima, porque en las ciudades de provincias, según INEI, fue casi el doble.

Además, solo el 26% de los ingresos del A/B va a alimentos, mientras que en el E la cifra sube al 59% (¿sin margen de sobrevivencia?). Podría sorprender que C y D le destinen 46 y 55%, pero esto es el corolario de la desigualdad en la distribución de los ingresos de la bonanza económica: los sueldos y salarios reales de Lima están estancados desde hace años.

La situación mundial nos dice es que "la idea siniestra de convertir alimentos en energía" —impulsada por los subsidios estatales de los países ricos— lleva a la inflación mundial (también influye el aumento de la población en China e India). Y que esto tiene para rato. Por tanto, la solución local no puede ser dejada al "libre albedrío del mercado". Se necesitan políticas sectoriales activas, ya. Más que en otros sectores, en el agro urge poner el péndulo al medio en los roles del mercado y el Estado.

Recuerdos del crack del 29

17 de marzo de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

La crisis financiera de EEUU se pone color de hormiga. Ante la virtual quiebra de uno de los bancos de inversión más antiguos de EEUU, Bear Stearns, el Banco Central (FED) tuvo que echarle un salvavidas, con la colaboración del JP Morgan, ya que el FED no le puede prestar directamente a un banco de inversión.

Las siete secuencias de la crisis sistémica global

La gravedad de la crisis se magnifica ante el hecho siguiente, resaltado por el Wall Street Journal: "la decisión de la Reserva Federal de invocar una ley de la época de la Depresión de 1929 para que le pueda prestar a Bear Stearns muestra cuán seriamente cree que está en riesgo el sistema financiero" (www.wsj.com, 15/3/08). Para que no que den dudas, la nota del WSJ se titula: "Hay miedo de riesgo sistémico".

Lo mismo dice el economista de Harvard, Martin Feldstein, un estudioso de los ciclos económicos: "La rebaja de las tasas de interés en un punto adicional (de 3% a 2%) en los próximos días no tendrá impacto y no podrá revivir la economía. EEUU ha entrado en una recesión que podría ser la peor desde la II Guerra Mundial".

Feldstein es, además,presidente de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), el centro privado más importante en su campo y se jacta de que 16 de los 31 economistas norteamericanos ganadores del Premio Nobel han sido investigadores del NBER. El comentario, entonces, vale.

Paul Krugman, en el New York Times, lamenta que el FED haya decidido comprar US$ 400,000 millones —no en los seguros Bonos del Tesoro— sino en bonos privados respaldados por las hipotecas basura "con la esperanza de que eso estabilizará los mercados y terminará con el pánico", (www.nytimes.com, 14/3/08). También dice queesta "parece ser una de las crisis financieras más grandes de la historia" y que ha cambiado su punto de vista sobre lo que tiene que hacer el próximo presidente: "ya no es cómo salir de Irak ni la salud, sino qué partes hay que salvar del sistema financiero y como pagar las deudas" (ídem).

Nouriel Roubini, el gurú por excelencia de esta crisis sistémica, se indigna porque el FED esté salvando a los accionistas de Bear con el dinero de los contribuyentes, lo que constituye riesgo moral (www.rgemonitor/blog/roubini). Roubini ha estimado que las pérdidas por la crisis de las hipotecas basura podrían llegar a US$ 3 billones (trillones en EEUU), lo que equivale al 20% de su PBI.

Dice Martin Wolf, del Financial Times: "El nivel de pérdidas que menciona Roubini descapitalizaría el sistema financiero, y el gobierno tendría que montar un rescate. La vía más plausible sería nacionalizar todas las pérdidas. Si bien el gobierno podría soportar elevar su deuda en 20% del PBI, la decisión tendría ramificaciones enormes. Estaríamos frente a la crisis financiera más grande desde los años 30. Sería un evento político de época", (12/3/08).

En este río revuelto de analistas hay un grupo de economistas que ha formado el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP). Afirman que está en marcha el colapso de EEUU, lo que va a provocar una crisis sistémica de las mismas, o peores, dimensiones que la Gran Depresión de 1929 y hasta han elaborado un cronograma con las secuencias de la crisis (ver cuadro).

El catastrofismo de LEAP podría estar sobreestimando las dimensiones de la crisis, además que su "cronograma de secuencias" tiene características de búsqueda de notoriedad periodística. Pero las opiniones de muchos economistas de primera línea acerca de que podríamos estar frente a "una de las crisis financieras más grandes de la historia" sí son para preocuparse.

Baquíjano, país minero y libre mercado

21 de marzo de 2008

En Conuestroperu

Por Humberto Campodónico.

Hace pocos días, el 13 de marzo, se cumplieron 257 años del nacimiento de José Baquíjano y Carrillo, a quien puede considerarse uno de los primeros economistas peruanos. Baquíjano escribió en el Mercurio Peruano, en 1791, una serie de artículos con el objetivo de demostrar, de un lado, que el Perú debía dedicar el máximo de sus esfuerzos a la explotación de sus recursos naturales y, de otro, que el libre comercio no era el causante de los problemas económicos de la época sino que, por el contrario, era la alternativa de la modernidad. (1)

Dice Baquíjano que la agreste geografía del Perú —los Andes y la costa desértica— no permitirán un desarrollo adecuado de la agricultura y, menos, de la industria. Por eso, "las provincias del Perú han de buscar las riquezas en el seno, y no en la superficie de sus tierras. Todas las que puede producir el reino mineral se hallan en abundancia en su distrito: el alumbre, alcaparrosa y almagre, el cristal, imán y azufre, el Copé, especie de nafta negra y dura como el asfalto, el cobre, plomo y fierro y, sobre todo, el oro y plata, instrumento general de ecuación en toda especie de comercio" (p. 237).

Increíble que Baquíjano no haya entendido "el maravilloso desarrollo de la agricultura incásica en la sierra" (2) lo que se explica por una típica visión limeña. Su afirmación, además, no se sostiene para nada hoy, ni en agro ni en industria, debido a las innovaciones tecnológicas.

Pero si bien plantea la especialización en la exportación de recursos naturales, su punto de partida es que la industrialización y la producción de valor agregado es necesaria, pero difícil para un país como el Perú (dice, por ejemplo, que España pierde con la venta de paños a Francia que luego son readquiridos como confecciones, a un mayor precio, por lo que España necesita una industria de confecciones (pp 233-234).

Para Baquíjano, las reformas borbónicas del siglo XVIII (que abrieron otros puertos del Virreinato al libre comercio, entre otras medidas, en particular el Reglamento de Comercio de 1778) no fueron la causa de la decadencia del Callao y del Perú. Dice que la competencia es buena y que la apertura hará que el Perú se beneficie de la entrada de mercancías extranjeras a menores precios.

Pero la apertura de los 80 trajo un "boom" de importaciones: en 1785 estas aumentaron 6 veces hasta 25 millones de pesos anuales, mientras que las exportaciones se mantuvieron estables en 4 millones de pesos anuales. Obviamente, ese déficit comercial era insostenible. La respuesta de Baquíjano fue imprecisa y hasta contradictoria:

"No es el libre comercio el que ha extraído excesivas sumas del Reino: la crecida introducción de efectos (bienes) es la que ha imposibilitado su venta. Estas se han practicado en la mayor parte al fiado y con el riesgo inevitable de quedar sin recaudarse. Los retornos (ingresos por exportaciones) han sido iguales a los años anteriores al permiso. Y esta última reflexión es el inexpugnable convencimiento de que no han habido esas destructoras exportaciones de dinero" (p.250).

En otras palabras, el libre comercio es bueno pero lo malo es que los importadores han importado demasiado, lo que ha producido el déficit comercial y el derrumbe de precios en la economía local: "este excedente (de importaciones) forma una estagnación que ha impedido el curso de los negocios" (p.242).

O sea, lo que Baquíjano quería es que haya libre comercio y que, a la vez, los actores económicos se comporten racionalmente para que no haya un "boom" de importaciones que, luego no pueden colocarse (hasta las venden al fiado). Pero sucede que se comportaron tan irracionalmente que las importaciones superaron 6 veces el valor de las exportaciones.

Al final, Baquíjano dice que es necesaria alguna medida que disminuya el enorme flujo de las importaciones lo que, de manera implícita, lo coloca del lado de la regulación del comportamiento de los actores económicos. O sea, un equilibrio entre el mercado y el rol regulador del Estado. Lo que quiere decir que Baquíjano no era dogmático y proponía medidas que corrigieran las fallas del mercado (en el cual creía). Eso es ya bastante y lo coloca muy por encima del dogma absoluto en el cual se sitúan nuestros "ayatollas" de turno, lo que vemos todos los días.
_________________________________________

(1) Disertación Histórica y Política sobre el Comercio del Perú,
Peruano, Tomo I, números 23-31.
(2) José de la Riva Agüero, Boletín # 12 del Museo Bolivariano, Lima, 1929.