miércoles, 6 de enero de 2010

Positiva incertidumbre.

La economía mundial

LA CRISIS FINANCIERA FUE MÁS TURBULENTA DE LO QUE MUCHOS ESPERABAN. ¿ESTÁ BAJANDO LA MAREA O AÚN PODEMOS RECAER?
El Comercio
04 de enero del 2010


“Una de las pocas cosas que tienen en común las crisis es que nadie las ve”, comenta el economista principal del Instituto Peruano de Economía (IPE), Pablo Secada.

Bajo esa lógica, prever lo que le depara a la economía mundial en los próximos meses (ya no digamos años) aparece como una tarea para pitonisos o, en todo caso, de augurios poco serios. Sobre todo si uno observa el paupérrimo récord de predicciones acertadas de los últimos dos años.

No obstante ello, se siguen haciendo pronósticos respecto al crecimiento de la economía mundial para los próximos años. Así, por ejemplo, Goldman Sachs ha revisado su estimado de crecimiento mundial para el próximo año, incorporando en sus predicciones los déficits, los excesos de liquidez y cada desequilibrio y desarreglo económico producto (o causa) de la crisis económica. Según ellos, el mundo no crecerá más de 3% como estima el Fondo Monetario Internacional (FMI) pero comparten con dicho organismo un optimismo contradictorio. Al menos a la luz de las evidencias.

El déficit fiscal de EE.UU. (país que aún detenta la calidad de mayor economía del planeta) y su deuda pública estaría rondando 15% y el 100% respectivamente —en términos relativos— de su PBI este año. Como afirma el economista Juan José Marthans, “eso es insostenible”.

Ahora, él no profetiza un nuevo desastre, pero está prácticamente seguro de que sobrevendrá una recaída, tras la aparente recuperación “porque ninguna de las condiciones que provocaron la crisis ha sido resuelta”. Con esta última afirmación coincidía también el gerente general del HSBC, Luis Felipe Mauger.

Y en la realidad, se pone peor. La proporción de deuda sobre el PBI en la mayoría de países desarrollados es muy alta, los déficits fiscales engendrados por los paquetes de estímulo fiscal son inmensos y ambos siguen creciendo a ritmos alarmantes.

“Con cada día que pasa en que EE.UU. decide no sincerar su economía, la severidad del impacto del ajuste necesario para la recuperación, será más duro”, asegura Marthans. Pero, además, la regulación bancaria y financiera laxa que provocó los descalabros de la crisis, sigue prácticamente intacta y nadie sabe aún a ciencia cierta cómo se habrá de retirar el exceso de liquidez que existe en los mercados y que, como señalan algunos economistas como Élmer Cuba, de Macroconsult, o Hugo Perea, del BBVA, “pueden estar produciendo otras burbujas en algunos sectores de la economía”.

No obstante lo mencionado, el ánimo en los mercados es positivo. Incluyendo a cuatro premios Nobel de Economía, casi todos concuerdan en que el próximo año EE.UU. crecerá más de 3%, en que las economías emergentes (en especial China) se constituirán en los nuevos motores mundiales de crecimiento, que el consumo no se restablecerá en el corto plazo y que la recuperación se consolidará durante el 2010, más allá de algunos baches que deba sortear. Claro, también concuerdan en que la recuperación será muy lenta.

Pero hay algunos riesgos que todos reconocen, desde el FMI (que lo sugiere), hasta los bancos de inversión y pasando por los analistas más discutidos: nadie sabe con certeza qué pasará con China. El ex viceministro de Economía, Eduardo Morón, explica que “el gasto fiscal chino, equivalente al 40% de su PBI, que impulsa su crecimiento es insostenible” y por ello, “el optimismo es un poco exagerado”. Para él y para Secada, como para muchos otros, cuanto más lenta sea la recuperación, mayor será el riesgo de una recaída.

En palabras del director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, “la economía mundial está en compás de espera”.

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