miércoles, 27 de enero de 2010

El dólar nuestro de cada día



¿POR QUÉ SEGUIMOS PREFIRIENDO ESTA MONEDA?


Se produjeron tres cambios de monedas en los últimos 30 años para estabilizar la economía y el sistema financiero. Solo la última vez, el dólar ha retrocedido frente a la moneda nacional.

Por: Luis E Davelouis Lengua
El Comercio
Miércoles 27 de Enero del 2010

Encontré a mi madre con la mirada extraviada en un pedazo de papel con un montón de números en él. Era 1985. Ese año, la selección peruana de fútbol perdió la clasificación al Mundial de México 86 cuando Argentina nos empató a empellones desleales y mi madre perdió la mitad de los ahorros de toda su vida cuando el entonces presidente, Alan García, decidió congelar los depósitos en moneda extranjera y cambiarlos a soles.

“Si uno tenía US$1.000 depositados en cualquier institución privada o estatal del sistema financiero, el Estado —quebrado y con urgencia de dólares como estaba— le devolvía a uno intis sobrevaluados, pero que al tipo de cambio libre equivalían a US$300 [...] Eso fue un hurto”, recuerda el ex ministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski.

La señora Lengua era una profesional dependiente que había podido ahorrar algo más de US$11.000 en casi 15 años. Le devolvieron 58 millones de intis, que al tipo de cambio libre de agosto de 1985 equivalían a US$4.200. El Estado se quedó con lo demás. Para la primera mitad de 1987, la brecha entre el dólar libre y el oficial llegó a 100%.

Cientos de miles de ahorristas dejaron de confiar sus depósitos en el sistema financiero desde entonces y la tasa de expansión de la bancarización (la proporción de personas en edad laboral usuaria del sistema financiero) se detuvo casi por completo y se mantuvo en niveles inferiores al 25% hasta hoy.

¿Pero por qué quería todo el mundo dólares? Por la falta de confianza en la moneda local y la explosión sin precedentes de la inflación: hacia finales de 1988, los precios de medicinas y combustibles llegaron a subir 600% y 400%, respectivamente.

En 1989, la inflación anual fue de 2.000%. Imagine que un galón de gasolina pase de costar S/.11 el 1 de enero a S/.220 a fin de año. Y recuerde que ahora le parece un escándalo que suba S/.1,5 en tres meses.

Semejante pérdida de valor de la moneda nacional forzó al Estado a cambiar su denominación en dos oportunidades (a intis y luego a intis millón). Mucho más importante, obligó a las personas y a las empresas a refugiarse en el dólar como reserva de valor, para tratar de preservar su capacidad de compra frente a precios que podían subir a tasas de 100% de un día para otro. Un nuevo sol de hoy (que reemplazó al inti con el shock fujimorista de 1991) equivale a un millón de intis y a mil millones de soles de oro.

EL DÓLAR... ¿ES MEJOR?

Los ex presidentes del Banco Central de Reserva (BCR) Richard Webb y Javier Silva Ruete dicen que —por lo descrito— hay un componente psicológico permanente en la formación del tipo de cambio y que este no solo obedece al criterio de amas de casa o viejitos, si no también a empresas.

En efecto, como señala Macroconsult, de los últimos 11 años solo en dos (1999 y 2009) fue más rentable tener dólares que soles. En todos los demás, el poseedor de los dólares pagaba una prima de S/.0,05 por cada dólar… al mes. Carísimo.

Sin embargo, desdolarizar, como busca el BCR, puede tomar algo de tiempo porque hay que vencer temores casi atávicos y de superstición, señala Webb.

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