martes, 11 de enero de 2011

Richard Webb: "Hay un nuevo Perú, estamos creciendo"

El prestigioso economista Richard Webb recorrió las zonas rurales más pobres del país.

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Con nuestro redactor. (Trome)

Por: Óscar Torres
Domingo 09 de enero 2011
Fuente: diario Trome 
Nació en el Callao, pero fue educado desde los 6 hasta los 24 años en Canadá, Escocia y Estados Unidos. Frente a mi pregunta: ¿Te sientes más gringo o más cholo? Respondió: “Me siento una fusión (risas)”. Richard Webb, ex presidente -en dos ocasiones- del Banco Central de Reserva. Doctor en Economía en la Universidad de Harvard, Máster en Economía y Geografía en la Universidad St. Andrews de Londres, Economista del Banco Mundial y consultor de diversas entidades internacionales. Pionero en el análisis de la pobreza y distribución del ingreso en el Perú. Autor de variadas publicaciones, entre las que destaca “El árbol de la mostaza”; el año pasado dirigió un equipo de investigadores del Instituto del Perú de la Universidad San Martín de Porres para estudiar la dinámica economía rural de las cinco provincias más pobres del país: Acobamba (Huancavelica), Las Bambas (Apurímac), Chumbivilcas (Cusco), Pachitea (Huánuco) y la comarca de Celendín (Huánuco). Trome, en exclusiva, conversó con él y el testimonio fue impresionante

*Richard, ¿es verdad que el Perú está creciendo de manera significativa o este “milagro peruano” es una ola que nos ha agarrado eventualmente y, como en otros países, va a desaparecer en los próximos años? 


Sí, es verdad, pero no creo que vaya a desaparecer. Estamos creciendo desde abajo. De una forma muy redonda, diversa, todo el tiempo se dice que meramente están creciendo las exportaciones de minerales. No es cierto, la industria manufacturera está creciendo más que la minería y la agricultura.

Hay un tipo de peruano, el emprendedor, que estás estudiando, ¿qué características tiene y cómo lo definirías?


Hay una energía, un afán de superación enorme. Hay mucha imaginación. Siempre he pensado que el empresario peruano tiene una ventaja que, muchas veces, no tienen otros países: sabe “tirar cintura”. Eso es producto del contexto del ambiente que no le ha dejado otra.

¿Quiénes encarnan ese nuevo Perú?


Hay un nuevo Perú en distintos niveles, es lo que más me alienta. Eso lo veo en jóvenes de clase media que están dedicados como nunca a conocer y a hacer empresa en el país. Se van a vivir a la sierra, selva y a hacer negocios, pero donde más impresionan por su volumen y su presencia, claro, es el empresario migrante en las ciudades. Se habla todo el tiempo del Mega Plaza y Gamarra, pero lo que he descubierto -en esta investigación- es que también hay un nuevo peruano emprendedor a nivel rural.

“(En provincia) La cultura emprendedora ha pegado de una forma extraordinaria”, ¿te suena?


Totalmente. Esa fue mi conclusión y sorpresa principal. Yo esperaba ver que habían adoptado tal tecnología, había escuchado que existían nuevos caminos, pero no estaba preparado para ver, el primer día de mis viajes, en las alturas de la puna de Chumbivilcas y al costado de la pista una pequeña feria campesina, donde una persona que estaba sentada, rodeada de verduras encima de sus faldas, vendía tres libros de motivación empresarial…

¿Y quiénes eran los autores?


Uno de ellos era de David Fischman y de otro autor que no recuerdo, pero los títulos se referían a “vacas” y no entendía. Sin embargo, unos días después en Lima, en la avenida Javier Prado, en un semáforo, llegó un chico vendiendo libros y me di cuenta que uno de esos libros era el mismo que había visto allá. Lo compré y descubrí que era un libro donde el término “vacas” lo usan como metáfora para inhibición. Entonces, el tema era “cómo salir de tus inhibiciones para ser un buen empresario”.

¿Es cierto que regresaste chaposo y optimista tras recorrer cumbres nevadas, ríos y quebradas?


Llegué enamorado (sonríe).

Has sido dos veces presidente del Banco Central de Reserva, ¿por qué se redistribuye tan mal la riqueza en nuestro país y de qué “milagro” hablamos si hay mucha gente que no tiene agua y desagüe?


El milagro está en el cambio. La desigualdad extrema tiene un origen esencialmente político, pero también es algo que, independientemente de la razón política, hay que entenderla como producto de cómo es físicamente el Perú, porque hay, y ha habido, una gran parte de la población que sigue viviendo en zonas de dificilísima productividad. No es que no se pueda, pero es muy difícil. Otros gobiernos se han podido interesar más, pero mayormente no lo han hecho.

¿Cuáles son tus recetas para redistribuir mejor la riqueza en el país?


Concentrarse en los más pobres, en lo rural y construir y mejorar caminos. Poner riego y la infraestructura que falta y que ya se está poniendo.

“el modelo chávez”


En el Perú, ¿hay espacio para un “modelo Chávez”?


Parece que no, porque el “modelo Chávez” necesita ese “chorro” de dinero que tiene. Porque la esencia de ese modelo es que gasta en todo, hace de todo y algo de eso es bueno; está mejorando la salud y algunas cosas, pero mucho tiene de mala o equivocada intención política. En el Perú no hay ese dinero, aquí ningún gobierno tiene margen para ese tipo de extravagancia (sonríe).

En la puna, en Huancavelica, ¿cómo perciben a Lima, la capital?


Mucho más cerca que antes.

¿Estás de acuerdo con la tesis que dice que el peruano pobre quiere salir de ella no con nacionalismos baratos, sino haciendo empresa y compitiendo?


Definitivamente. Esa es la nueva vida que uno ve. Observas a jóvenes en los pequeños pueblos que están manejando sus carros, haciendo servicios a la capital, pero a la vez tienen su chacra, pero uno de ellos, tal como conversamos, tenía su negocio para fabricar DVD, tenía su grupo musical y hacía sus propios videos de música y costumbres locales. Hay mucho de eso.

En el sector rural, ¿por la obra de quién se ven reflejados?


Diría la multiplicación del pequeño negocio.

¿Qué aspira tener el poblador rural?


Una cosa humana, ciertamente muy peruana, un mejor futuro para sus hijos.

Sé de un hecho que te asombró, pero detállanos, ¿qué pasó en un pueblito perdido en Huancavelica?


Dos que me asombraron: uno fue la banderola encima de unos quioscos en una feria semanal en el pueblo de Paucará, de la provincia de Acobamba, y la banderola encima de estos vendedores de zapatos y ropa decía: “Bienvenidos a Gamarrita”. Me encantó, porque se han agarrado de uno de los íconos de esa cultura y la están asumiendo. Y el otro letrero, en otro pueblito, en un restaurantito, donde arriba decía: “Chifa Gastón”. Lo que sí lamento es que no tuve tiempo de entrar (sonríe).

¿De qué manera un hombre como Gastón Acurio llega ahí?


Ahora, adonde vayas, hay televisión. En los pueblitos hay Internet. La gente participa mucho más de una vida nacional.

¿Existe una explosión de la infraestructura de las comunicaciones en el país?


Esa es la clave de todo lo que está pasando. Lo describo como una explosión comunicativa que son las dos cosas: caminos y vehículos, y teléfonos.

Otro hecho curioso te tocó vivir, ¿qué aconteció en la feria comunal de Las Bambas, a la vera del prospecto minero en Apurímac?


Sí, llegamos. Era un domingo, día de feria. Chalhuahuacho es el pueblo, que hace cinco años era una docena de casitas en medio de una puna, donde no había más que unas cuantas vacas, pero ahí cerca va a estar Las Bambas y, entonces, ese pueblecito se está volviendo un futuro Cerro de Pasco. Está lleno de vehículos y tremendas motos. El día que llegamos había dos quiosquitos donde vendían celulares Claro y los dos competían entre ellos y los dos tenían cola.

Según tu tesis, funcionan mejor los gobiernos locales (alcaldes) que los regionales, ¿qué cosas buenas se hacen y nosotros ni nos enteramos?


Muchos alcaldes hacen caminos que nadie los ve, porque es una trocha de una comunidad que nunca antes ha estado conectada. Se caminaba tres horas, ahora se llega en media hora en camión. Otra cosa que hacen, que no son conocidos, son los concursos. Los fondos que entregan a grupos de comuneros que se asocian para mejorar los cuyes en esa comunidad, una asociación de productores de cuyes de la comunidad tal.

¿Qué está sucediendo en el interior del Perú, qué se está creando?


Otra historia fascinante. La Federación Departamental de Comunidades Campesinas del Cusco hace 30 años estaba en plan de guerra permanente. Solo se veían paros, marchas, reclamos… la historia de siempre. Todos eran izquierdistas. En los años 90 se dieron cuenta que no habían logrado nada con ese plan y varios de ellos empezaron a decirse: “Tenemos nosotros que ayudarnos a nosotros mismos” y ahí nació una búsqueda de técnicas y ayudas, y empezaron a leer textos científicos. Poco a poco fueron acumulando ideas para mejorar su propia agricultura como campesinos. De ahí surgió el programa Sierra Productiva y ellos están ahora totalmente dedicados a crear pequeños empresarios.

“business”, “marketing” y “delivery”


La Biblia dice: “Lo primero es la palabra. Es la semilla de la acción”, ¿alguna reflexión?


Lo veo confirmado todo el tiempo. El poder de las palabras. Ahora hay un lenguaje de negocios que se está generalizando en el país. Muchos son términos en inglés. La gente ahora habla de “business”, “marketing”, “delivery”, ¿quién conocía esas palabras hace diez años? Es un nuevo lenguaje y son todos elementos de competitividad, que es una palabra castellana, pero es parte también de esta nueva cultura.

¿Cómo calificarías a ese peruano que gana 20 soles diarios y que vende su gaseosa, galletas, chicles, en el quiosco de la esquina?


Veo ahí un hombre con amor a su familia, porque él está haciendo eso principalmente en función de una familia y se está sacrificando. Está usando su ingenio, está trabajándose a sí mismo al máximo, o sea, sacando de él mismo.

¿Qué le sugieres a ese hombre honesto?


Hace unos días paré a que me lustre los zapatos un señor mayor. Me contó que vino de chiquillo, como el que tú describes, a vender galletas en una esquina, vino de una provincia. Hizo una vida de negocios callejeros. Ha sido cambista de dólares. Hoy lustra, pero tiene dos hijas que ya son profesionales. Tiene una casa de tres pisos en El Agustino y sigue ahí lustrando feliz.

¿Qué candidato presidencial se presenta peligroso para el crecimiento económico?


(risas) Prefiero no dar nombres, pero voy a señalar mi principal preocupación. Yo considero que en los próximos cinco años, necesitamos un gobierno fuerte con capacidad de liderar. No de seguir, no hacer cosas que caen simpáticas, sino que tenga capacidad de visión y jugarse en los grandes temas: el ecológico es fundamental, el agua hay que valorarla y hay que aprender como país a manejarla como oro. Hay que reformar el Poder Judicial, eso tampoco lo hace cualquiera. Está el narcotráfico, todas son guerras fuertes que están cantadas.

¿De qué manera la corrupción afecta la economía en general?


La mejor economía es la que premia al que contribuye a la sociedad productivamente. Cuando hay corrupción, el premiado no es el que más contribuye, sino el corrupto, entonces se debilita la economía.

Tengo mil soles para hacer un negocio, ¿en qué me aconsejas invertirlos?


(risas) Hay mucho de azahar en la inversión. Yo no invertiría todo en un solo negocio. En todos lados hay posibles negocios y la opción está en función de conocerse a sí mismo que a conocer el negocio. La mejor posibilidad de negocio está en donde uno puede hacerlo bien.

En la sierra, ¿pronuncian bien tu apellido Webb?


(sonríe) No muy bien, pero mejor que antes gracias a la Internet, por eso lo inventé para que pronuncien mejor mi apellido (risas).

¿Te sientes extranjero cuando estás en la puna o bien peruano?


No, no me siento nada extranjero. Sé que en cierta forma soy como cualquier “gringo limeño” es, pero apenas uno empieza a conversar con la gente, de inmediato uno se siente simplemente con gente.

¿Qué hiciste en Año Nuevo?


(sonríe) Me acosté temprano, a las 2 de la mañana. Estaba agripado, pero lo celebré con mi esposa y amigos.

¿Qué les inculcas a tus nietos?


Tengo siete y les aconsejo que gocen de las bromas, del juego y que hagan las cosas que les gustan hacer, que se sientan libres. La vida es muy corta y esos años deben valorarse no solo como una preparación para futuros años, sino en sí mismo. Y es parte grande de la vida esos primeros veinte años y deben ser buenos años y esa es una buena preparación para el futuro.

Dionisio Romero Paoletti me dijo: “Se va a necesitar gente para trabajar en el país, soldadores, confeccionistas, maquinistas, etc”. ¿Qué clase de trabajadores, piensas tú, va a necesitar el Perú?


El futuro está en los servicios y eso es uno de los mejores aspectos del desarrollo económico. En la economía moderna se trabaja con todo su ser, porque así es el trabajo en los servicios. Me refiero desde el buen vendedor, el buen mozo, el buen médico, el buen profesional que hace software, etc.

Gracias Richard por tu incomparable maestría para explicar los temas más complicados, pero sobre todo por tu aporte para mejorar la economía en las familias de estratos populares


Gracias. Es increíble que en un pueblito, Acobamba, de Huancavelica, una de las provincias más pobres del Perú, un jovencito de 20 años nos contó que después del colegio, había decidido irse de viaje de promoción a Machu Picchu, en Cusco, y ¿de dónde sacan la plata?, le pregunté. Me respondió: “Un poco de ayuda y nos quedamos dos semanas”. Una lección extraordinaria. Ahora, todos somos uno (sonríe).

1 comentario:

  1. FELICITO AL DR. RICHARD WEBB POR ESTA EXTRAORDINARIA ENTREVISTA QUE AYUDA A ENTENDER LA IDIOSINCRASIA DEL POBLADOR ANDINO.

    PETER NORDT.

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