miércoles, 23 de junio de 2010

Re-regulación financiera y democracia

5 de Junio 2010

El Espectador
Por: Joseph E. Stiglitz

HAN PASADO CASI DOS AÑOS DESDE el colapso de Lehman Brothers y más de tres años desde el comienzo de la recesión global generada por las fechorías del sector financiero para que Estados Unidos y Europa finalmente reformaran la regulación financiera.

Quizá deberíamos celebrar las victorias regulatorias tanto en Europa como en Estados Unidos. Después de todo, existe un acuerdo prácticamente universal de que la crisis que enfrenta el mundo hoy —y que probablemente siga enfrentando durante años— es el resultado de los excesos del movimiento de desregulación que se inició durante los gobiernos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan hace 30 años. Los mercados sin trabas no son ni eficaces ni estables.

Sin embargo, la batalla —y hasta la victoria— han dejado un sabor amargo. La gran mayoría de los responsables de los errores —ya sea en la Reserva Federal de Estados Unidos, en el Tesoro de Estados Unidos, en el Banco de Inglaterra y la Autoridad de Servicios Financieros de Gran Bretaña, en la Comisión Europea y el Banco Central Europeo o en los bancos individuales— no se ha hecho cargo de sus fracasos.

Los bancos que causaron estragos en la economía global se han negado a hacer lo que es necesario hacer. Peor aún, han recibido respaldo de la Fed, de quien uno habría esperado una postura más cautelosa, en vista de la magnitud de sus errores pasados y de lo evidente que resulta que se hace eco de los intereses de los bancos que supuestamente debía regular.

Esto es importante no sólo por una cuestión de historia y responsabilidad: es mucho lo que se deja a criterio de los reguladores. Y eso deja abierto el interrogante: ¿podemos confiar en ellos? En mi opinión, la respuesta es un no rotundo, razón por la cual necesitamos “definir de un modo inamovible” el marco regulatorio. La estrategia habitual —delegar la responsabilidad en los reguladores para que elaboren los detalles— no será suficiente.

Y eso plantea otro interrogante: ¿en quién podemos confiar? En cuestiones económicas complejas se había depositado la confianza en los banqueros (después de todo, si ellos ganan tanto dinero, obviamente saben algo) y en los reguladores, quienes a menudo (pero no siempre) provenían de los mercados. Pero los acontecimientos de los últimos años han demostrado que los banqueros pueden ganar dinerales y al mismo tiempo socavar la economía e imponerles cuantiosas pérdidas a sus propias firmas.

Los banqueros también han demostrado tener una “ética cuestionable”. Un tribunal de justicia decidirá si el comportamiento de Goldman Sachs —apostar contra productos que la propia empresa creaba— fue ilegal. Pero la corte de la opinión pública ya ha presentado su veredicto sobre la cuestión mucho más relevante de la ética de ese comportamiento. Que el CEO de Goldman se viera a sí mismo haciendo “el trabajo de Dios”, mientras su firma vendía productos cortos que ella misma creaba, o diseminara rumores difamatorios sobre un país donde se desempeñaba como “asesor” sugiere un universo paralelo, con diferentes códigos y valores.

Como siempre, “el diablo está en los detalles”, y los lobbistas del sector financiero han trabajado arduamente para asegurarse de que los detalles de las nuevas regulaciones beneficien a sus empleadores. En consecuencia, probablemente pase mucho tiempo antes de que podamos evaluar el éxito de cualquier ley que el Congreso estadounidense finalmente promulgue.

Eso sí, los criterios para el juicio son claros: la nueva ley debe poner fin a las prácticas que pusieron en peligro a toda la economía global y reorientar el sistema financiero hacia sus tareas propias —gestionar el riesgo, asignar capital, ofrecer crédito (especialmente a las pequeñas y medianas empresas) y operar un sistema de pagos eficaz—.

Deberíamos brindar por los probables logros: se establecerá alguna suerte de comisión de seguridad de los productos financieros; cada vez más operaciones con derivados pasarán de las sombras del mercado turbio y “hecho a medida” a las bolsas y las cámaras compensadoras; y se restringirán algunas de las peores prácticas hipotecarias. Es más, parece probable que se recorten los honorarios escandalosos que se cobran por cada transacción de débito —una especie de impuesto que no tiene otro objetivo público que el de llenar las arcas de los bancos—.

Sin embargo, los probables fracasos son igualmente dignos de mencionar: el problema de los bancos demasiado grandes para quebrar hoy es peor de lo que era antes de la crisis. Una mayor autoridad de resolución ayudará, pero sólo un poco: en la última crisis, el gobierno estadounidense “hizo la vista gorda”, no pudo utilizar los poderes que tenía e innecesariamente rescató a accionistas y bonistas —todo porque temía que, de no hacerlo, la situación derivara en un trauma económico—. Mientras haya bancos que son demasiado grandes para quebrar, el gobierno muy probablemente vuelva a “hacer la vista gorda”.

No sorprende que los grandes bancos lograran frenar algunas reformas esenciales; lo que sí fue una sorpresa fue una cláusula en el proyecto de ley del Senado estadounidense que prohibía que las entidades resguardadas por el gobierno suscribieran derivados riesgosos. Esa suscripción avalada por el gobierno distorsiona el mercado, otorgándoles a los bancos una ventaja competitiva, no necesariamente porque sean más eficaces, sino porque son “demasiado grandes para quebrar”.

La defensa de los grandes bancos por parte de la Fed —que es importante para que los prestatarios puedan minimizar sus riesgos— revela hasta qué punto resultó capturada. La legislación no estaba destinada a prohibir los derivados, sino sólo a prohibir garantías gubernamentales implícitas, subsidiadas por los contribuyentes (¿recuerdan el rescate de AIG de 180.000 millones de dólares?), que no son un subproducto natural o inevitable del préstamo.

Existen muchas maneras de frenar los excesos de los grandes bancos. Una versión contundente de la llamada Regla Volcker (destinada a obligar a los bancos respaldados por el gobierno a retomar su misión fundamental de prestar dinero) podría funcionar. Pero el gobierno estadounidense sería negligente si dejara las cosas tal como están.

La cláusula del proyecto de ley del Senado sobre derivados es una buena prueba de fuego: la administración Obama y la Fed, al oponerse a estas restricciones, claramente se posicionaron del lado de los grandes bancos. Si en la versión final del proyecto de ley logran sobrevivir restricciones efectivas en el sector de los derivados de los bancos resguardados por el gobierno (ya sea resguardados realmente o de manera efectiva porque son demasiado grandes para quebrar), el interés general podría prevalecer sobre los intereses especiales y las fuerzas democráticas sobre los lobbistas adinerados.

Pero si, como predicen muchos analistas, se eliminan esas restricciones, será un día triste para la democracia —y un día más triste aún para las perspectivas de una reforma financiera significativa—.

* Premio Nobel de Economía 2001.© Project Syndicate 1995–2010.

miércoles, 16 de junio de 2010

Refundar el capitalismo

28 de febrero de 2009

Connuestroperu
Por Ana Muñoz*

“El mercado no da medicamentos, ni seguridad, ni paz”, manifestó Amartya Sen en un acto ante cientos de estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid. El Premio Nobel de Economía analizó las causas de la crisis actual y ofreció alternativas para la posible solución. Según el profesor, el capitalismo aún no ha muerto.

Al finalizar la II Guerra Mundial, el capitalismo y sus instituciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), consiguieron levantar una economía devastada por la guerra, dinamizar los mercados y crear puestos de trabajo. Sin embargo, el capitalismo necesita ser refundado hoy día, explica. La crisis global que vivimos pone de manifiesto la necesidad de cambios.

El sistema actual de obtener el máximo de beneficios, de tener más dinero, más propiedades, acumular… no ha dado el resultado esperado. El capitalismo así entendido parece que ha llegado a su fin. La competitividad de los mercados y los individuos tiene que dar paso a otro tipo de relación.

Para Amartya Sen, la solución pasa por tener relaciones de cooperación. Los beneficios, los ingresos y las ganancias tienen que ir acompañadas de beneficios sociales para todos los ciudadanos. Los beneficios tienen que dejar de ser el indicador de si la economía va o no bien. “Hay que pensar más allá de la mera rentabilidad”, explica el Nobel, creador del Índice de Desarrollo Humano que elabora cada año el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Autores clásicos como Adam Smith, ya hablaban de los peligros del mercado, de la ley de oferta y demanda sin control. Para el premio Nobel, nuestra actual crisis económica tiene que ver también con la falta de instituciones de control de los mercados. Considera fundamental la existencia de unos sistemas y valores que ayuden al control y a evitar las grandes desigualdades que hoy existen, donde un 20% controla el 80% de las riquezas del planeta.

Muchas voces críticas denuncian que la globalización ha tenido mucho que ver en la hecatombe económica. El profesor Sen, sin embargo, está a favor de la globalización. “No quiero excluirme, no quiero pertenecer a unas fronteras”, explica. La globalización de los conocimientos, de los productos, de las ideas, de los debates, de la información ha sido una gran revolución y ha hecho que el mundo vea un futuro esperanzador. Hoy, en cualquier parte del mundo puedes conocer lo que ocurre en tu barrio. La globalización ha ayudado a que pensemos en el otro, ha permitido que conozcamos otras realidades y que no podamos decir que “eso yo no lo sabía”. Sin embargo, las desigualdades, la pobreza y las injusticias han aumentado.

El profesor lo explica con la falta de control y de la titularidad de la globalización. Para él, es fundamental crear instituciones fuertes que puedan disminuir las desigualdades y hagan un reparto más justo de las riquezas.

“El nuevo mundo requiere mucho más que capitalismo y mercado, hay que encontrar la combinación de instituciones de mercado e instituciones no mercantiles e impulsar la igualdad y los valores”, dice Sen. Y la crisis, dice, es una oportunidad para realizar los cambios necesarios para construir un futuro mejor.

Confianza, valores, mercado e instituciones de control es la receta para un buen plato para el mundo.

* Periodista
ccs@solidarios.org.es

Economía capitalista: punto de quiebre

13 de febrero de 2009

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Para tener una visión de conjunto de la actual crisis económica es indispensable acudir a los análisis de largo plazo, como los de Immanuel Wallerstein, autor de “El moderno sistema mundial”, libro que desarrolla un análisis exhaustivo de la “economía mundo”, que para él comienza en el siglo XVI y va hasta nuestros días.

En un artículo reciente, Wallerstein dijo que la actual crisis podía definirse como una depresión de grandes proporciones, la que trató de ser ocultada por las autoridades gubernamentales a través de medidas, fiscales primero, monetarias después, que dieron origen a las grandes burbujas financieras. Pero, ahora, “hemos llegado al momento en que estas medidas han encontrado sus límites intrínsecos, como lo constatan amargamente las autoridades. Y esta vez no va a ser tan fácil evitar lo peor; quizá sea imposible” (1).

Wallerstein se refiere a que habríamos llegado al punto de quiebre del carácter cíclico del capitalismo, es decir, a una fase de auge le sucede una de recesión y así sucesivamente. Lo normal es que si ahora estamos en la fase de bajada, dentro de uno o dos años comience nuevamente la subida. Pero no estamos dentro de “lo normal”.

Para Wallerstein, partidario del enfoque de los ciclos largos de Kondratiev y Schumpeter, la fase de bajada del ciclo largo que estamos atravesando lleva ya más de 35 años. Se creía que las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento (TIC o, también, la “nueva economía”) proveerían las bases de un nuevo ciclo largo de crecimiento que nos lleve a una sociedad post industrial. Pero ahora se ve, de un lado, que estas innovaciones no tuvieron la fuerza suficiente. Y, de otro, que los costos de la acumulación ya no pueden ser soportados como antes por las economías centrales.

Por ello, dice Wallerstein: “Lo que diferencia esta fase de la sucesión ininterrumpida de ciclos coyunturales anteriores es que el capitalismo ya no está “haciendo sistema”, en la definición del Premio Nobel Ilya Prigogine: cuando un sistema biológico, químico o social se desvía demasiado, y demasiado frecuentemente, de su situación de estabilidad, ya no puede reencontrar el equilibrio. En ese momento, asistimos a una bifurcación”.

Y agrega: “La situación se vuelve caótica e incontrolable para las fuerzas que la dominaban hasta entonces y por eso surge una lucha, no entre los partidarios y los adversarios del sistema, sino entre todos los actores para determinar qué lo va a reemplazar. Yo uso la palabra “crisis” para este tipo de periodo. Y ahora estamos en crisis. El capitalismo llega a su fin” (2).

El planteamiento de Wallerstein es, ciertamente, provocador. Nos dice que el capitalismo, como antes otros sistemas de organización social, podría ser reemplazado por otro sistema. ¿Cuál? “Creo que es igualmente posible que se instale un sistema de explotación, caramba, aún más violento que el capitalismo y, también, que se erija un modelo más igualitario y redistributivo”.

Wallerstein termina diciendo que esto no es para mañana y que el “nuevo orden” llegaría de aquí a 20 o 30 años. Mientras, “nos estamos moviendo hacia un mundo proteccionista (olvídense de la llamada globalización) y una mayor ingerencia del Estado en la producción. Estamos yendo hacia una redistribución dirigida por los gobiernos que puede tomar una forma socialdemócrata de centro izquierda o una autoritaria de centro derecha. Y también tendremos agudos conflictos sociales dentro de los países, pues todos compiten por una torta más pequeña. En el corto plazo, no es, para nada, una foto bonita”.

(1) La depresión: una visión de largo plazo, www.monthlyreview.org/mrzine/wallerstein161008.html, 16/10/08
(2) El capitalismo llega a su fin, Le Monde, 11/10/2008.
www.lemonde.fr/archives/article/2008/10/11/le-capitalisme-touche-a-sa-fin_1105714_0.html

Postergan impuesto a los ricos

26 de noviembre de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Aprovechando la parafernalia mediática que causa el APEC, el gobierno ha decidido postergar la eliminación de las exoneraciones al pago de impuestos por parte del capital financiero.

En efecto, en marzo del 2007, el gobierno promulgó el DL 972 estableciendo que, desde enero del 2009, este sector pagaría impuestos. Su objetivo: “permitir la consolidación del mercado de capitales así como lograr la mayor eficiencia, equidad y simplicidad” del sistema tributario. Recordemos que esta fue una promesa electoral del APRA para su aplicación inmediata, por lo que la prórroga al 2009 era ya un incumplimiento. No solo eso: tan lejos como en el 2003, APOYO elaboró un estudio a pedido del MEF, donde se recomendaba eliminar estas exoneraciones.

Pero hace dos días el Ministro Valdivieso ha enviado un proyecto de ley al Congreso prorrogando las exoneraciones hasta enero del 2010, pues en estos 20 meses “no se ha podido elaborar el reglamento por razones técnicas”.

Si esto fuera cierto, quedaría demostrada la poca voluntad para llegar a una mayor equidad (objetivos del DL 972): que tributen más los que más tienen. Tampoco el MEF hace nada para “simplificar” la tributación, pero se llenan la boca con ese mismo argumento para justificar la rebaja de aranceles.

Pero la verdad es que el MEF no ha hecho nada porque el gobierno favorece los intereses del capital financiero con estas exoneraciones, algo que la ortodoxia neoliberal critica (en la teoría) cuando dice que “las reglas de juego deben ser iguales para todos”. Pero en el Perú “todos” no somos iguales. Para muestra un botón: sí se eliminan las exoneraciones tributarias a los gobiernos regionales de la Amazonía.

Dice el Ministro Valdivieso que “no se perdería mucha recaudación porque la Bolsa ahora tiene pérdidas”. ¡Qué tal cuajo! Cuando en la Bolsa hay ganancias, no se les grava porque “se afectan las inversiones”. Y cuando hay pérdidas no se les grava “porque recaudan poco”. Dice el tributarista Jorge Manini que del 2004 al 2007 se dejó de recaudar S/. 50 millones anuales.

El tema, sin embargo, no es solo de ganancias o pérdidas de inversionistas individuales. El ministro no nos dice que la exoneración también alcanza a las compras de empresas que se realizan en la Bolsa de Valores, donde hay enormes utilidades que, hoy, están exoneradas del impuestos a las ganancias de capital. Se estima que quienes venden las empresas (y realizan ganancias de capital) dejan de pagar más de S/. 180 millones anuales, cifra que va a aumentar en esta época de globalización.

También se prorrogan las exoneraciones a las ganancias de intereses de los poseedores de bonos, lo que supera los S/. 200 millones anuales en el 2008, utilizando la metodología del estudio de Apoyo del 2003. Tampoco el ministro se preocupa de poner un impuesto a las ganancias de capital por la venta en el extranjero de empresas cuya única renta son minas o campos petroleros peruanos, que es lo que ha sucedido hace poco con Perenco, Monterrico Metals y Peru Copper (ver www.cristaldemira.com, 29/10/08 y 17/11/08), que han dejado de pagar en conjunto más de S/. 300 millones. Para ya no hablar de la promesa electoral de un Impuesto a las Sobreganancias mineras y petroleras que terminó en el mini óbolo, que hoy las mineras van a dejar de pagar porque han bajado los precios de los mineralesl

Al mismo tiempo, el Ministro Valdivieso dice que se podría rebajar el IGV, siempre y cuando la recaudación tributaria aumente en el 2009. Lo que de ninguna manera va a suceder, pues la recaudación va a bajar fuertemente por la caída de precios de los minerales. Esto es una burla total a la ciudadanía (que, sin embargo, fue recogida ayer como titular de portada del “obediente” Peru21).

En síntesis, el actual gobierno hace todo lo posible por disminuir los ingresos fiscales (no se ha eliminado la rebaja de aranceles de Carranza que cuesta S/. 3,000 millones anuales) en momentos que la crisis internacional nos va a caer con todo. La verborrea irresponsable de García diciendo que el Perú es una fortaleza y un refugio de los capitales en crisis no resiste el menor análisis y, bastante más temprano que tarde, todos sufriremos las consecuencias.

De cómo la crisis desmonta la falacia neoliberal

28 de septiembre de 2008

Connuestroperu
Por Xavier Caño Tamayo (*)

En el verano de 2007 estalló la crisis. El banco francés BNP suspendió fondos de inversión por impagos del sector estadounidense de hipotecas basura. El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) inyectaron millones de euros y dólares en bancos. Compras públicas de entidades para su rescate y de activos contaminados, inyecciones millonarias… El Gobierno estadounidense nacionaliza Fannie Mae y Freddie Mac, firmas que avalan casi la mitad de créditos hipotecarios estadounidenses, cuando sufren enormes pérdidas por impagos.

El catedrático de economía Juan Torres lo resume así: “La deuda creada con el boom inmobiliario estadounidense, y en general en los demás países, es excesiva e insostenible. Esa deuda se basa en papeles financieros de escaso valor, opacos, arriesgados y volátiles, como hipotecas de millones de personas que dejan de pagar. (…) Pero el pastel se descubre cuando los bancos no pueden disimular más tiempo sus inversiones en paquetes de hipotecas basura sin valor y en fondos inmobiliarios sin mercado”.

¿Por qué se extiende la crisis a otros sectores? Torres nos lo cuenta: “Al dedicar muchos recursos a especulación inmobiliaria, en productos financieros opacos y peligrosos, los bancos han incentivado la actividad económica que menos riqueza y empleo crea. Y cuando la burbuja, que ellos mismos han creado con la complicidad de los bancos centrales, estalla, comprueban que sus balances hacen aguas, no tienen liquidez y se han evaporado sus depósitos. Y cierran el grifo a empresarios y consumidores. Así ahogan la actividad económica y provocan desempleo masivo, subidas de precios desorbitadas por la especulación y crisis sin parangón. Los bancos y entidades financieras son culpables de lo que pasa”.

De mala suerte o desastre impredecible, por tanto, nada de nada. Joseph Stglitz, Nobel de Economía, lo juzga lúcidamente: “Esta crisis es fruto de la falta de honestidad de las instituciones financieras y de la incompetencia de los políticos”.

Y ahora, Wall Street recibirá mucho dinero público para comprar activos envenenados por las hipotecas basura, que fulminan balances de bancos y paralizan la economía real estadounidense, y así sacarlos de los balances de entidades financieras: 700.000 millones de dólares; el PIB de Suecia son 500.000 millones.

El coste de esta crisis para los estadounidenses superará el billón de dólares. En abril, el Fondo Monetario Internacional calculaba pérdidas de 945.000 millones de dólares, equivalente al producto interior bruto de México. Ahora rectifica: serán 1,3 billones de dólares elevando la deuda pública estadounidense a 11,3 billones de dólares para salir al rescate. Los congresistas estadounidenses han entendido el plan de rescate del sistema financiero: “Les das buen dinero y a cambio te dan lo peor”.

El ex presidente del gobierno español, Felipe González, ha reconocido que “no es cierto lo que creíamos de que el mercado regula la economía”. Y los eurodiputados del Parlamento europeo diagnostican que el mercado ha fracasado, porque no ha habido vigilancia ni transparencia. Eurodiputados de todos los colores declaran que “los tiempos de la desregulación absoluta han pasado. Los mercados no se autorregulan (…). Necesitamos regular los mercados. Debemos establecer reglas y necesitamos un árbitro (…). En los mercados hay ladrones y por eso se necesita policía”.

El primer ministro británico, Gordon Brown, el jefe del gobierno español, Rodríguez Zapatero, y el presidente brasileño Lula da Silva, reunidos en Nueva York, piden crear un organismo internacional que supervise y controle el sistema financiero.

Bienvenidos a la razón y a la lucidez. Ahora hay que imponer transparencia financiera y regular el mundo financiero y someterlo al control de la democracia.

Es indecente profesar fe en el mercado con vacas gordas y suplicar la intervención gubernamental (¡tan antineoliberal!) con vacas flacas… para que el dinero público pague las deudas.

Una campesina ilustra en una caricatura de un humorista español: Si nada ganábamos cuando se forraban, porque hemos de perder cuando se la pegan.

(*) Periodista y escritor

El famoso riesgo-país

23 de septiembre de 2008

Connuestroperu
por Herbert Mujica Rojas

Hay conceptos económicos que se manejan políticamente. Sobre todo cuando hay intenciones apenas disimuladas de no agitar cuestionamientos o curiosidades en torno a múltiples convenios sospechosos o llevados a cabo en la dictadura delincuencial de Kenya Fujimori. El tándem riesgo-país es uno de esos términos.

La Cámara de Comercio Española acaba de revelar que las inversiones de su país suman 11 mil millones de dólares a la fecha. Han puesto capital de riesgo, en dinero y en papeles por ese impresionante monto. Que se sepa, ninguna empresa ibérica se ha ido del país o piensa hacerlo en los próximos años.

Durante el decenio 1990-2000 el Estado peruano firmó multitud de exenciones tributarias, regaló licitaciones con dedicatoria a conglomerados que de empresariales sólo tenían el nombre porque su costumbre era —y es— vivir de las ubres pingues del Estado. Aquí han existido pandillas de negociantes que se hacían llamar ministros, senadores o diputados, que peleaban entre sí para ver quién servía con mayor afán a las firmas foráneas y a los representantes de éstas en el Perú.

¿Quiénes hablan del riesgo-país cada vez que se encrespan los ánimos y se agita el gallinero? Pues, nada más y nada menos que los analistas que representan a estas mismas transnacionales y que alguna vez tuvieron parte en su ingreso al Perú. De este modo, dicen ellos, protegen sus colocaciones y lanzan una señal de alerta al gobierno y a sus compinches locales para que no descuiden su "patrimonio".

Pluspetrol, Hunt, SK, Graña y Montero, Hidrocarburos Andinos SAC (ahora reemplazada por Tecpetrol —de la cual es dueña al 100% Techint, ingresada ¡Dios sabe cómo— en el consorcio Camisea) y todas las otras firmas alrededor del gran proyecto gasífero no han hecho saber hasta el momento que se van o que abandonan el Perú. ¿Qué, el riesgo-país no les afecta o no les conviene aplicar el concepto?

Telefónica, IBM, Repsol, ningún banco, Petrobras (que acaba de comprar Pérez Companc, con inversiones en el Noroeste), Odebrecht y otras grandes transnacionales tampoco han notificado al Perú que se van. Entonces, ¿por causa de qué tanto brinco, si el suelo está parejo?

Resulta que los empleados de los grandes capitales, enquistados en los medios de comunicación, son los que se llaman a escándalo cada vez que el país sufre conmociones sociales y entonces presurosos, al filo de un ataque de nervios, se apuran muy mucho en agitar el término: riesgo-país. Es que es una forma de justificar sus sobres de pago y también de hacer méritos ante los patrones. ¡Qué verguenza!

Un país no se construye con alharaquientos serviles y crematísticos; se forja una nación con valentía y con garra de vencedores. ¿O ninguna de las firmas mencionadas evalúa el riesgo-país o no le hace casos a los agoreros de apocalipsis recurrentes? ¡Qué disparate!

El riesgo-país tiene un conchabo sucio con esa monserga de la "estabilidad jurídica".

¡Pamplinas!

Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

La crisis de EE. UU. y los fanáticos del libre mercado

10 de septiembre de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

La ahora inevitable nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac es el cambio de régimen más radical de las últimas décadas en temas financieros y económicos globales. EE. UU. , que apoyó agresivamente la política de privatización de las empresas estatales, ahora abandona la política de los beneficios del mercado y la libre empresa. Acaba de llevar a cabo la nacionalización más grande de la historia de la humanidad: ha aumentado los activos del Estado en US$ 6 billones (trillones en inglés), así como sus obligaciones de deuda pública en otros US$ 6 billones.

Ahora, los camaradas George Bush, Henry Paulson (Secretario del Tesoro de EE. UU. ) y Ben Bernanke (Jefe del Banco Central, Fed) han hecho que EE. UU. se convierta en la República del Estado Socialista Unido de América (URSSA, en inglés). El socialismo está vivo y coleando en América. Pero este es el socialismo para los ricos, los "bien conectados" y los de Wall Street. Un socialismo donde se privatizan las ganancias y donde los contribuyentes norteamericanos pagan la factura de US$ 300,000 millones, que es lo que cuesta nacionalizar a Fannie y Freddie.

Estos párrafos provienen del blog de Nouriel Roubini (1), economista de la Universidad de Nueva York, que anticipó hace más de 2 años la actual crisis (ha sido citado muchas veces en esta columna). Hace poco, el New York Times le dedicó una larga entrevista titulada Dr. Doom (algo así como "agorero del apocalipsis") pues su análisis era un pronóstico del desastre que ahora vivimos, pero que pocos economistas querían ver.

Como se sabe, Fannie Mae y Freddie Mac son los dos gigantes del mercado hipotecario de EEUU, que han quebrado debido a los bonos basura "subprime" y que han sido nacionalizados por el gobierno, pagando las enormes sumas detalladas más arriba.

Dice Roubini que este salvataje "proviene del gobierno pro-mercado más fanático e ideológico de la historia: fueron tan fanáticos que no se dieron cuenta de que los mercados financieros –como todos los demás– son como una jungla de avaricia que no tiene miedo a las pérdidas ni al castigo".

Roubini alude, de un lado, a los enormes márgenes financieros de los "bonos basura" con respecto a los bonos del Tesoro y, de otro, a que no hay riesgo (castigo) para los grandes inversionistas porque, al final, siempre son salvados por el Estado, con la plata de los contribuyentes. Agrega Roubini: "Por eso, para que no haya burbujas crediticias ni de activos inmobiliarios que llevan a las quiebras y al pánico, tiene que haber reglas claras, así como una buena supervisión y regulación".

Dice Roubini que eso es lo que no hubo, "pues estos hipócritas moralistas, que alaban los valores familiares y pretenden ser más santos que uno, frecuentemente se descubre que son pervertidos; de la misma manera, así como alaban el capitalismo salvaje y no creen en la regulación y la supervisión, ahora nos han llevado a la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1929, todo en beneficio de los ricos y bien conectados".

Se aprecia claramente que crece la indignación ciudadana: "Es cierto que los fanáticos celosos de cualquier religión causan el terror y la destrucción con su mesianismo inflexible, pero normalmente no administran la economía más grande del mundo. Son estos liberales de la "economía vudú" los que han causado la crisis. Por eso, deben ser avergonzados ante el público por su hipocresía y fanatismo, que ha causado tanto daño económico y financiero".

La cuestión final es: ¿qué impacto tendrá esta crisis financiera —que cada día amenaza más convertirse en una crisis sistémica; ayer otro banco de inversión, Lehman Brothers, perdió el 45% de su capital— en el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre? ¿Y en la situación económica del mundo entero, sobre todo en el precio de los metales, qué tanto afecta al Perú?

(1) www.rgemonitor.com/blog/roubini

El gobierno de los ricos

08 de septiembre de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Una reciente encuesta de Ipsos Apoyo para Lima Metropolitana nos trae elementos que confirman, una vez más, que el crecimiento económico aporta beneficios, en lo fundamental, al sector A, y mucho menos al resto de sectores, sobre todo al D y E, que son los más pobres.

Lima Metropolitana 2007: Ingresos y Gastos por sectores económicos (en S/. millones)

Dice la encuesta que el sector A (el 5.5% de la población) gana en promedio S/. 12,118 mensuales, mientras que el sector E (el 13% de la población) gana S/. 660/mes (ver cuadro). Lo primero que salta a la vista es la enorme inequidad, pues el sector A gana 18 veces más que el E. El sector C, la clase media limeña, es el más amplio con el 35% de la población y S/. 1,392 de ingresos mensuales.

Nótese que si sumamos al sector D y E, obtenemos el 42% de la población con ingresos inferiores a los S/. 1,200 mensuales que el INEI establece como canasta mínima mensual para una familia de 5 personas. Este es el crudo resultado después de varios años de fuerte crecimiento económico.

A partir de la encuesta de Apoyo, hemos realizado cálculos propios. Primero, hemos tomado el # de hogares de Lima de la Encuesta Nacional de Hogares 2007 del INEI (1'998, 354 hogares) y lo hemos multiplicado por los ingresos por sector que da Apoyo. Así, el sector A tiene ingresos mensuales de S/. 1,332 millones, mientras que los ingresos del E solo son S/. 171 millones/mes.

Apoyo dice que el gasto en alimentos del sector A es el 15% de su ingreso promedio, mientras que para el E la cifra es 65% (como en África). Ojo, el gasto en alimentos del sector C, la clase media es 49%, cifra que duplica a la de otros países como Argentina, Chile y Colombia. No está nada bien esta clase media. Nótese que el gasto mensual en alimentos del sector A (S/. 200 millones) es el doble que el del E (S/. 111 millones), a pesar de que solo gasta el 15% de sus ingresos en comida.

Apoyo dice que el ingreso disponible para gastos extra (después del pago de alimentos, educación, transporte y servicios básicos) es de 62% para el sector A, lo que equivale a S/. 7,500/mes (12,118 x 62%), o S/. 826 millones mensuales para todo el sector. En cambio, la cifra de plata extra para el sector E es del 2%, 13 soles mensuales (660 x 2%), o S/. 3.4 millones mensuales para todo el sector. Nótese que la clase media, sector C, dispone de S/. 195 mensuales (1392 x 14%) de plata extra para toda la familia.

Este "dinero extra" del sector A ha aumentado enormemente el consumo de lujo. Dice Apoyo: "Hay mayores ventas de vehículos de alta gama (cuyos precios llegan a US$ 400,000), yates, joyas, relojes, entre otros". (El Comercio, 6/9/08). Agrega Apoyo: "En Lima en el 2008 se vendió un Maserati color plateado. Además, entre el 2006 y el 2008, se vendieron tres Ferrari, todos de color rojo". El gobierno les ha dado una "ayudita" a estos sectores: en diciembre del 2006, Carranza bajó el arancel a los yates de 4% a 0%. En el 2007, bajó el arancel de vehículos nuevos, así como el de las joyas, del 12 al 9%.

Casi siempre se sabe todo lo que hacen los pobres, hasta si la mamá le da un vaso de leche a quien, supuestamente, no debería. Pero poco se sabe sobre los patrones de vida y de consumo de los ricos. Ese el mérito de esta encuesta de Apoyo-Ipsos. Los datos demuestran claramente que el modelo económico genera una concentración de ingresos en los sectores más altos y que es allí donde hay que cortar el consumo y no en el presupuesto 2009, porque eso golpea a los pobres. Pero eso es como pedirle peras al olmo porque este es el gobierno de los ricos.

Seguridad jurídica para las nacionalidades amazónicas

18 de agosto de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

Se afirma, desde la costa, que la selva amazónica es un territorio vacío y despoblado a la espera de colonos que lleven los instrumentos, técnicas y conocimientos modernos, condición sine qua non para que esa inmensa área "camine por la senda del progreso". Con el perro del hortelano, Alan García le dio una vuelta de tuerca adicional a ese concepto: sin el acaudalado inversionista que compre grandes cantidades de tierras, no es posible "poner en valor" el territorio amazónico.

Para comenzar, la Amazonía no está despoblada. Según el Tratado de Cooperación Amazónico, hay cerca de un millón de indígenas, de los cuales alrededor de 300,000 se encuentran en Perú, 200,000 en Bolivia, 100,000 en Ecuador y 70,000 en Colombia. Hay 177 grupos étnicos, cada uno con una herencia cultural propia y un idioma distinto (aunque agrupados en familias lingüísticaa) y con rasgos culturales comunes de adaptación al medio (1).

Por tanto, hay conocimientos propios que deben ser respetados y protegidos. Ese es el punto de partida para avanzar hacia una estrategia de crecimiento y desarrollo. Los pueblos indígenas tienen derechos sobre las tierras que habitan, reconocidos por el Convenio 169 de la OIT sobre "Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes", que en el Perú tiene fuerza de ley porque fue aprobado por el Congreso. El Art. 14 dice: "Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión" (2).

Eso es lo que violan los decretos legislativos 1015 y 1073. Lo primero es que no han sido consultados con los propios interesados, lo que nos informa sobre el desprecio a lo indígena. Segundo, que los DL 1015 y 1073 no tienen nada que ver con el TLC con EEUU (que origina las facultades que el Congreso le dio al Ejecutivo en diciembre pasado), pues modifican la forma de votación para que las comunidades campesinas y nativas puedan vender sus tierras.

Con el DL 1073 (que modificó el DL 1015, pero no cambió su esencia) ahora "los terceros" podrán comprar las tierras de la comunidad, teniendo como único requisito "el voto a favor de no menos del 50% de los comuneros posesionarios con más de un año". El objetivo es claro: "se trata de beneficiar a las empresas mineras, petroleras y otros agentes interesados en explotar las tierras de las comunidades campesinas y nativas, lo cual va a ocasionar el incremento de los conflictos sociales y ambientales y un mayor clima de inestabilidad" (Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas, julio 2002).

García cree que solo la inversión minera, petrolera y forestal (que vienen de fuera) "salvarán" a la Amazonía. Para "ayudar" a esa inversión se pasa por encima de los derechos, se cambian las leyes y se deja de lado a las organizaciones nativas, como la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (Conap) y Aidesep.

El propio gobierno crea las condiciones de inestabilidad social, y hasta la Defensoría del Pueblo ha presentado una acción de inconstitucionalidad al DL 1015 porque vulnera los derechos constitucionales de participación y consulta de las comunidades campesinas y nativas. Se violan los derechos y luego, cuando hay protestas, vienen las campañas acusando de violentistas a quienes se defienden. Es el mundo al revés.

Queda claro que el gobierno respeta los derechos de unos y no de otros. Por eso, en reciente comunicado dice la Conap: "los pueblos indígenas necesitan estabilidad y seguridad jurídica". Algo que el gobierno cumple solo con los convenios de estabilidad con los grandes inversionistas. Una vez más, dos varas y dos medidas.
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(1) Ver Comunidades Nativas en la Amazonía Peruana, de Alonso Zarzar y Carlos Mora. También, Estudio comparativo de la distribución de la renta petrolera en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, ESMAP, 2005.
(2) Ver Informe Alternativo 2008 sobre el cumplimiento del Convenio 169 de la OIT en el Perú: www.movimientos.org/imagen/Informe_Alternativo_Peru_C_169_OIT_final.pdf

¿Perú podrá pasar a Chile en 8 años?

23 de julio de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

El presidente García no pierde ocasión para hacer comparaciones entre la economía peruana y la chilena. La Revista Qué Pasa de Santiago lo cita diciendo: "Cada año que pasa vamos reduciendo en 5% la distancia que nos separa con Chile. Considero que el 2015 Perú será en términos exportadores y sociales un país cualitativamente superior a Chile" (www.quepasa.cl, 24/5/08).

Puede o no ser criticable que García piense que es bueno emular a Chile. Eso depende de cada cual. La cuestión es que, para hacerlo, hay que usar correctamente los conceptos y los datos estadísticos. Si Perú crece al 9% y Chile al 5%, ciertamente Perú está creciendo más. Pero, ¿eso quiere decir que "pronto" podremos alcanzar a Chile? Eso depende de la distancia económica entre los dos países.

Una de las maneras más simples de medirla es el PBI per cápita (se divide el PBI entre la población de cada país), lo que hizo la revista Qué Pasa. Tomaron el PBI nominal per cápita, que en Chile era de US$ 10,000 y en el Perú de US$ 3,500. ¿Cuánto tardaría Perú en alcanzar a Chile si el PBI de Perú crece al 7% y el de Chile al 5%? La respuesta de Qué Pasa fue: 56 años (ver cuadro).

A esta "corrida" le agregamos otras. Vemos que si, sostenidamente, Chile crece al 5% y Perú al 11% (algo imposible), tardaríamos 19 años en alcanzarlos. ¿Alguien dijo 2015?

También hemos usado la metodología de la Paridad de Poder de Compra (PPC) del PBI. En términos simples, ésta iguala el poder de compra al interior de cada país y permite comparar el poder adquisitivo de la población. Según el Banco Mundial (Programa de Comparación Internacional 2007), el PBI de PPC per cápita de Perú fue US$ 6,466 y el de Chile US$ 12,282 en el 2005. En ese caso, estamos "un poquito" mejor. Si Perú crece al 7% y Chile al 5%, ya no nos demoraríamos 56 años en alcanzarlos, sino "solo" 34 años (ver cuadro).

Lo más probable es que Perú crezca 1 o 2% más que Chile mientras los términos del intercambio (precios de los minerales) se mantengan elevados (siempre que las cifras de crecimiento del PBI no estén maquilladas). Si vienen las vacas flacas por una crisis internacional, las tasas de crecimiento del Perú podrían ser menores a las de Chile.

A estas comparaciones estadísticas debe agregarse un análisis cualitativo. Por ejemplo, la existencia o no de "fracturas sociales", la calidad de las instituciones, la clase política y el sistema de partidos, la presión tributaria, el nivel de inversión y la capacidad productiva (industrial y agraria), la calidad de la educación y salud, los niveles de equidad (salario mínimo, pensiones de los jubilados), la base tecnológica, la calidad de la infraestructura, la base energética (allí sí estamos bien), el control de la renta de los recursos naturales, entre otros.

En este plano, que no es otro que el de la gobernabilidad a largo plazo, estamos bastante lejos, no solo de Chile sino de buena parte de los países de la Región. Lo mejor que podría hacer el presidente García es dejar de pensar que con el crecimiento económico basta, así como su estilo de enfrentamiento interno; no hablar de estadística. Por eso, no se entiende que García diga que en 8 años Perú será "cualitativamente superior en lo social" al vecino del sur. Lo mejor que podría hacer el presidente García es dejar de lado su estilo de enfrentamiento interno, no hablar de estadísticas porque no las conoce y dedicarse a mejorar la gobernabilidad. Así las cosas, poco a poco nos iremos acercando no solo a Chile, sino al resto de nuestros vecinos.

Un capítulo económico infame

13 de junio de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico.

Cualquier persona que use el buscador "Google" podrá rápidamente acceder a las Constituciones de los países vecinos, entre ellos Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México. Al revisar el capítulo económico se puede constatar que en ninguna existe un artículo que diga que la actividad empresarial del Estado es subsidiaria (o sea que solo se puede realizar si el sector privado no puede o no quiere intervenir), como en el Perú lo establece el Art. 60 de la Constitución Fujimori-Yoshiyama de 1993 (C-1993).

En Chile, por ejemplo, el Art. 21 de la Constitución de 1980 de Pinochet dice: "El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar en ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza". Lógico, la estatal Codelco es la primera empresa de cobre del mundo (provee divisas e ingresos tributarios al Estado y más de US$ 1,000 millones anuales a sus FFAA), mientras que la estatal petrolera ENAP es dueña de las dos únicas refinerías y, en el Perú, es dueña junto con el Grupo Romero de las estaciones de servicio Primax.

Tampoco se otorga al capital extranjero igual trato que al nacional, como lo establece el Art. 63 de la C-1993: "La inversión nacional y la extranjera se sujetan a las mismas condiciones". En Brasil, el Art. 171 de la Constitución de 1988 dice: "La ley podrá, en relación a la empresa brasileña de capital nacional: conceder protección y beneficios especiales temporales para desenvolver actividades consideradas estratégicas para la defensa nacional o imprescindibles para el desarrollo del país". Además, "el poder público dará tratamiento preferencial, en la adquisición de bienes y servicios, en los términos de la ley, a la empresa brasileña de capital nacional".

Esto rige a nivel mundial y es la base de las negociaciones comerciales entre países. Hasta hoy, en la OMC, el tratamiento al capital extranjero es potestad soberana de cada país y no existe tratamiento común porque se considera, precisamente, que la empresa nacional es un factor clave del desarrollo económico.

Pero en el Perú se ha ido más lejos, pues se le ha dado trato preferencial al capital extranjero, por encima del capital nacional. Eso hace el Art. 62 de la C-1993: "Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar seguridades. No pueden ser modificados legislativamente".

Así, los contratos de estabilidad jurídica, firmados en su gran mayoría con empresas extranjeras, no se pueden modificar ni en una coma, salvo acuerdo entre las partes (lo que aquí quiere decir cuando la empresa, por su interés, lo quiera renegociar). Hasta el FMI es contrario a estos contratos "porque discriminan a las empresas nacionales".

En los países mencionados también existen contratos de estabilidad jurídica, pero no tienen blindaje constitucional. Si el Congreso considera pertinente la renegociación de un contrato petrolero o minero (porque los precios han subido 500% o 1,000%, como ha sucedido estos últimos años), entonces lo hace ejerciendo un derecho soberano, ya que los recursos naturales –y las ganancias extraordinarias– son de la Nación.

La modificación de estos artículos del capítulo económico no "traería abajo la estabilidad económica ni ahuyentaría la inversión". Lo que sí haría es modificar un "contrato social" indigno de ese nombre pues su objetivo fue blindar los intereses de determinados sectores económicos, dejando fuera a la mayoría de la población.

Cualquier reforma constitucional debe comenzar poniendo el péndulo económico al medio, propiciando un equilibrio entre mercado y Estado para superar las desigualdades, agudizadas por ese capítulo económico. Pero la derecha económica y política defensora de la Constitución de 1993 quiere que todo permanezca igual. De su lado, la cúpula del Partido Aprista tampoco quiere darse cuenta, porque tiene otros intereses, que en Indoamérica ninguna Constitución consagra esos postulados neoliberales. Al ritmo del "perro del hortelano" se ha "olvidado" que en las elecciones del 2006 prometió todo lo contrario.

Un capitalismo suicida y gangsteril

11 de mayo de 2008

Connuestroperu
Por Xavier Caño Tamayo (*)

Crisis hipotecaria, crisis inmobiliaria, crisis financiera, subida incesante del petróleo, alza desmesurada de precios de alimentos… Pero, en realidad, la misma crisis. Veamos.

Este sistema neoliberal ha impulsado monocultivos agrícolas para producir en masa, lo que ha distorsionado la agricultura. Además, el Banco Mundial (que hoy se rasga las vestiduras) ha impuesto durante años una producción agrícola para exportación, no para las poblaciones locales, porque le han interesado más las divisas para mercados financieros que alimentar a la gente. Por otra parte, la crisis hipotecaria y financiera conduce a los especuladores a invertir en mercado de futuro de materias primas y provocan una disparatada alza del precio de alimentos. Para rematar, el contubernio de intereses del sector petrolífero, automoción, farmacéuticas y grandes corporaciones agropecuarias perpetra que la tierra cultivable de países empobrecidos se siembre con vegetales para producir biocombustible para países desarrollados. Una nueva versión de Norte contra Sur, pero en esta película el Norte no son los buenos ni pretenden liberar de la esclavitud a nadie. A todo esto, empleados y trabajadores de todo el mundo han soportado durante tres décadas que sus salarios aumenten a ritmo de caracol y, aún peor, con la multicrisis “la vida de millones de personas se deteriora a gran velocidad”, como ha denunciado Kostas Stamoulis, dirigente de la FAO. La cantidad de hambrientos se dispara y se crean cien millones más de pobres, que pueden esperar el deterioro o la muerte, emigrar o rebelarse, como ya ha empezado a ocurrir en una docena de países empobrecidos.

Ante todo esto, el diario The Independent publica que el mundo occidental “se encuentra en una crisis económica de magnitud similar a la del petróleo de 1973. Asistimos al desmoronamiento del liberalismo, el modelo ideológico y económico dominante en los últimos 30 años”. Lamentablemente no es cierto. El modelo neoliberal no se desintegra, porque sus mimbres ideológicos, oscuros compromisos políticos, opacidades y actuaciones gangsteriles permanecen. Da igual que el liberalismo teórico, el de Adam Smith, indique que la actividad económica ha de promover la eficiencia en los servicios y la bondad de los productos para satisfacer el mercado. Hoy, la actuación económica real busca el enriquecimiento acelerado y concentrado en manos de muy pocos, utilizando la especulación como instrumento principal. El valor económico real del planeta es un tercio del valor de los bonos, títulos, acciones y otros inventos financieros emitidos respecto a esos activos reales.

Ese carácter especulativo es denunciado con algunos matices diferenciales por Alan Greenspan, Bernard Connolly (ex jefe de análisis de la Comisión Europea), David Rosenberg (jefe de Merrill Lynch), Georges Soros, o el economista Paul Krugman. Critican a las autoridades monetarias por permitir una economía sobre todo especulativa.

Es muy sencillo. Si no se controlan los mercados financieros, los bancos, los fondos de inversión y, ya puestos, se actúa contra los paraísos fiscales, las medidas contra las crisis, cuya más nefasta consecuencia es el aumento de la pobreza y del hambre, son humo.

Del carácter gangsteril de este sistema económico, además, da fe la caída de Bear Stearns, quinto banco de inversión del mundo, caída que nos cuenta Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique. Aprovechando la desconfianza generada por la crisis, JP Morgan, otro gran banco, difunde rumores, premeditada y alevosamente, sobre falta de liquidez de Bear Stearns. Aunque éste muestra documentalmente que no es cierto, no consigue detener la ruina. Finalmente acepta ser vendido a JP Morgan. En plena crisis, nos cuenta Ramonet, los más bandidos del sistema persiguen con rumores o como sea que el valor de algunos bancos se divida por diez y comprarlos a precio de ganga.

Tal vez debamos recuperar la convicción de que es imprescindible un profundo cambio económico-social, ahora que conmemoramos cuarenta años de Mayo del 68. Y ponerse a ello porque, como ha escrito el analista alemán Michael Krätke, todo lo que ha llevado a esta multicrisis global confirma que el propio capitalismo neoliberal sienta las bases de su propia destrucción. No nos duele que desaparezca, lo deseamos, pero así, fruto de necia y gangsteril actuación, se llevaría por delante a cientos de millones, que no tienen la menor responsabilidad en el desastre y sí todo sus derechos humanos a respetar.

(*) Escritor y periodista
ccs@solidarios.org.es

Fidel tenía razón

19 de abril de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

"No es frecuente que esta revista se encuentre de acuerdo con Fidel Castro, el dictador comunista de Cuba. Pero cuando este se levantó de su lecho de enfermo la semana pasada para escribir un artículo criticando el entusiasmo nada saludable de George Bush por el etanol, dio en el clavo. Junto con otros críticos de la "marcha hacia el etanol", el Sr. Castro advirtió en contra de la "siniestra idea de convertir los alimentos en energía".

Eso dijo la revista inglesa The Economist, en abril pasado. Esta semana, Alistair Darling, ministro de finanzas de Inglaterra, pidió revisar los programas internacionales de biocombustibles; un panel de asesores científicos de la Unión Europea demandó la suspensión de la meta al 2020; y Jean Ziegler, relator de la ONU sobre el derecho a la Alimentación ha dicho que la producción en masa de biocombustibles es un "crimen contra la humanidad".

En Europa y EEUU, el etanol se obtiene del maíz y los gobiernos otorgan subsidios a los agricultores que lo producen. Por tanto, disminuye la cantidad de maíz para alimentos, lo que aumenta su precio. Para gozar de los subsidios, los productores de trigo y soja se pasan al maíz, lo que eleva los precios del pan (y los fideos) y el aceite. Del 2004 a la fecha, los precios del maíz, trigo y soja se han, al menos, triplicado.

Lo peor es que la ecuación energética del etanol de maíz es negativa: según Timothy Searchinger, de Princeton, la emisión de contaminantes que conlleva la producción de un litro de etanol de maíz es mayor al ahorro de energía que produce su consumo. Dice Searchinger que la posible excepción es el etanol de caña de azúcar de Brasil, pues necesita muy poca energía en su cultivo y la refinación es rápida.

El impacto sobre los países importadores netos de alimentos (como Perú) ha sido fortísimo. Dice Robert Zoellick, del Banco Mundial, que estas alzas pueden causar graves disturbios sociales en 33 países. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha dicho que en los 3 primeros meses del año ya se le acabó el presupuesto, por lo que hay riesgos de hambruna para 100 millones de personas.

Dice el New York Times que el 20% más pobre de la población de EEUU solo gasta el 16% de su ingreso mensual en alimentos. Pero en Indonesia el mismo gasto es 50%, 65% en Vietnam y 73% en Nigeria. Conclusión: "allí donde la comida representa el 50 a 75% del ingreso, no hay margen de sobrevivencia" (New York Times, 10/4/08).

En el Perú la inflación de alimentos también golpea a los pobres. Según información de Apoyo, citada por el presidente del BCR, Julio Velarde, en el 2007 la inflación fue más alta para el sector E (4.33%) que para el A/B (3.09%). Ojo, esta es la inflación de Lima, porque en las ciudades de provincias, según INEI, fue casi el doble.

Además, solo el 26% de los ingresos del A/B va a alimentos, mientras que en el E la cifra sube al 59% (¿sin margen de sobrevivencia?). Podría sorprender que C y D le destinen 46 y 55%, pero esto es el corolario de la desigualdad en la distribución de los ingresos de la bonanza económica: los sueldos y salarios reales de Lima están estancados desde hace años.

La situación mundial nos dice es que "la idea siniestra de convertir alimentos en energía" —impulsada por los subsidios estatales de los países ricos— lleva a la inflación mundial (también influye el aumento de la población en China e India). Y que esto tiene para rato. Por tanto, la solución local no puede ser dejada al "libre albedrío del mercado". Se necesitan políticas sectoriales activas, ya. Más que en otros sectores, en el agro urge poner el péndulo al medio en los roles del mercado y el Estado.

Recuerdos del crack del 29

17 de marzo de 2008

Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

La crisis financiera de EEUU se pone color de hormiga. Ante la virtual quiebra de uno de los bancos de inversión más antiguos de EEUU, Bear Stearns, el Banco Central (FED) tuvo que echarle un salvavidas, con la colaboración del JP Morgan, ya que el FED no le puede prestar directamente a un banco de inversión.

Las siete secuencias de la crisis sistémica global

La gravedad de la crisis se magnifica ante el hecho siguiente, resaltado por el Wall Street Journal: "la decisión de la Reserva Federal de invocar una ley de la época de la Depresión de 1929 para que le pueda prestar a Bear Stearns muestra cuán seriamente cree que está en riesgo el sistema financiero" (www.wsj.com, 15/3/08). Para que no que den dudas, la nota del WSJ se titula: "Hay miedo de riesgo sistémico".

Lo mismo dice el economista de Harvard, Martin Feldstein, un estudioso de los ciclos económicos: "La rebaja de las tasas de interés en un punto adicional (de 3% a 2%) en los próximos días no tendrá impacto y no podrá revivir la economía. EEUU ha entrado en una recesión que podría ser la peor desde la II Guerra Mundial".

Feldstein es, además,presidente de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), el centro privado más importante en su campo y se jacta de que 16 de los 31 economistas norteamericanos ganadores del Premio Nobel han sido investigadores del NBER. El comentario, entonces, vale.

Paul Krugman, en el New York Times, lamenta que el FED haya decidido comprar US$ 400,000 millones —no en los seguros Bonos del Tesoro— sino en bonos privados respaldados por las hipotecas basura "con la esperanza de que eso estabilizará los mercados y terminará con el pánico", (www.nytimes.com, 14/3/08). También dice queesta "parece ser una de las crisis financieras más grandes de la historia" y que ha cambiado su punto de vista sobre lo que tiene que hacer el próximo presidente: "ya no es cómo salir de Irak ni la salud, sino qué partes hay que salvar del sistema financiero y como pagar las deudas" (ídem).

Nouriel Roubini, el gurú por excelencia de esta crisis sistémica, se indigna porque el FED esté salvando a los accionistas de Bear con el dinero de los contribuyentes, lo que constituye riesgo moral (www.rgemonitor/blog/roubini). Roubini ha estimado que las pérdidas por la crisis de las hipotecas basura podrían llegar a US$ 3 billones (trillones en EEUU), lo que equivale al 20% de su PBI.

Dice Martin Wolf, del Financial Times: "El nivel de pérdidas que menciona Roubini descapitalizaría el sistema financiero, y el gobierno tendría que montar un rescate. La vía más plausible sería nacionalizar todas las pérdidas. Si bien el gobierno podría soportar elevar su deuda en 20% del PBI, la decisión tendría ramificaciones enormes. Estaríamos frente a la crisis financiera más grande desde los años 30. Sería un evento político de época", (12/3/08).

En este río revuelto de analistas hay un grupo de economistas que ha formado el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP). Afirman que está en marcha el colapso de EEUU, lo que va a provocar una crisis sistémica de las mismas, o peores, dimensiones que la Gran Depresión de 1929 y hasta han elaborado un cronograma con las secuencias de la crisis (ver cuadro).

El catastrofismo de LEAP podría estar sobreestimando las dimensiones de la crisis, además que su "cronograma de secuencias" tiene características de búsqueda de notoriedad periodística. Pero las opiniones de muchos economistas de primera línea acerca de que podríamos estar frente a "una de las crisis financieras más grandes de la historia" sí son para preocuparse.

Baquíjano, país minero y libre mercado

21 de marzo de 2008

En Conuestroperu

Por Humberto Campodónico.

Hace pocos días, el 13 de marzo, se cumplieron 257 años del nacimiento de José Baquíjano y Carrillo, a quien puede considerarse uno de los primeros economistas peruanos. Baquíjano escribió en el Mercurio Peruano, en 1791, una serie de artículos con el objetivo de demostrar, de un lado, que el Perú debía dedicar el máximo de sus esfuerzos a la explotación de sus recursos naturales y, de otro, que el libre comercio no era el causante de los problemas económicos de la época sino que, por el contrario, era la alternativa de la modernidad. (1)

Dice Baquíjano que la agreste geografía del Perú —los Andes y la costa desértica— no permitirán un desarrollo adecuado de la agricultura y, menos, de la industria. Por eso, "las provincias del Perú han de buscar las riquezas en el seno, y no en la superficie de sus tierras. Todas las que puede producir el reino mineral se hallan en abundancia en su distrito: el alumbre, alcaparrosa y almagre, el cristal, imán y azufre, el Copé, especie de nafta negra y dura como el asfalto, el cobre, plomo y fierro y, sobre todo, el oro y plata, instrumento general de ecuación en toda especie de comercio" (p. 237).

Increíble que Baquíjano no haya entendido "el maravilloso desarrollo de la agricultura incásica en la sierra" (2) lo que se explica por una típica visión limeña. Su afirmación, además, no se sostiene para nada hoy, ni en agro ni en industria, debido a las innovaciones tecnológicas.

Pero si bien plantea la especialización en la exportación de recursos naturales, su punto de partida es que la industrialización y la producción de valor agregado es necesaria, pero difícil para un país como el Perú (dice, por ejemplo, que España pierde con la venta de paños a Francia que luego son readquiridos como confecciones, a un mayor precio, por lo que España necesita una industria de confecciones (pp 233-234).

Para Baquíjano, las reformas borbónicas del siglo XVIII (que abrieron otros puertos del Virreinato al libre comercio, entre otras medidas, en particular el Reglamento de Comercio de 1778) no fueron la causa de la decadencia del Callao y del Perú. Dice que la competencia es buena y que la apertura hará que el Perú se beneficie de la entrada de mercancías extranjeras a menores precios.

Pero la apertura de los 80 trajo un "boom" de importaciones: en 1785 estas aumentaron 6 veces hasta 25 millones de pesos anuales, mientras que las exportaciones se mantuvieron estables en 4 millones de pesos anuales. Obviamente, ese déficit comercial era insostenible. La respuesta de Baquíjano fue imprecisa y hasta contradictoria:

"No es el libre comercio el que ha extraído excesivas sumas del Reino: la crecida introducción de efectos (bienes) es la que ha imposibilitado su venta. Estas se han practicado en la mayor parte al fiado y con el riesgo inevitable de quedar sin recaudarse. Los retornos (ingresos por exportaciones) han sido iguales a los años anteriores al permiso. Y esta última reflexión es el inexpugnable convencimiento de que no han habido esas destructoras exportaciones de dinero" (p.250).

En otras palabras, el libre comercio es bueno pero lo malo es que los importadores han importado demasiado, lo que ha producido el déficit comercial y el derrumbe de precios en la economía local: "este excedente (de importaciones) forma una estagnación que ha impedido el curso de los negocios" (p.242).

O sea, lo que Baquíjano quería es que haya libre comercio y que, a la vez, los actores económicos se comporten racionalmente para que no haya un "boom" de importaciones que, luego no pueden colocarse (hasta las venden al fiado). Pero sucede que se comportaron tan irracionalmente que las importaciones superaron 6 veces el valor de las exportaciones.

Al final, Baquíjano dice que es necesaria alguna medida que disminuya el enorme flujo de las importaciones lo que, de manera implícita, lo coloca del lado de la regulación del comportamiento de los actores económicos. O sea, un equilibrio entre el mercado y el rol regulador del Estado. Lo que quiere decir que Baquíjano no era dogmático y proponía medidas que corrigieran las fallas del mercado (en el cual creía). Eso es ya bastante y lo coloca muy por encima del dogma absoluto en el cual se sitúan nuestros "ayatollas" de turno, lo que vemos todos los días.
_________________________________________

(1) Disertación Histórica y Política sobre el Comercio del Perú,
Peruano, Tomo I, números 23-31.
(2) José de la Riva Agüero, Boletín # 12 del Museo Bolivariano, Lima, 1929.

Fujimori y el mito del "progreso económico"

lunes, 24 de septiembre de 2007

Publicado en Connuestroperu
por Marco Antonio Flores Villanueva
desde Boston, USA

Durante once años el fujimorismo actuó descaradamente destruyendo la reserva moral del país con el uso vitando de la mentira, la compra-venta de voluntades, y la distorsión y manipulación premeditada, concertada y brutal de la realidad.

Para ello utilizaron periodistas (muchos de ellos todavía en circulación y hoy convenientemente reciclados), cómicos, ídolos del balompié nacional, conductores de talk-shows, políticos de "oposición", empresarios "nacionales" y militares "patriotas".

Ahora que el sátrapa ha sido vergonzosamente extraditado desde Chile, gracias a la atenta mirada de la opinión pública internacional, los personajes que tejieron la más execrable red de corrupción en la historia del Perú republicano han regresado a los mismos medios de expresión que, durante once años de oprobio bajo el régimen criminal de Alberto Fujimori, se convirtieron en el mejor instrumento de publicidad del dictador.

Así, ayer sábado la ex-congresista Luz Salgado, agente conocida del fujimorismo, encaramada en la tribuna ofrecida por RPP y por su director, sintomáticamente acrítico durante la emisión de ese programa, ha sostenido, con desparpajo, que Alberto Fujimori tomó "decisiones difíciles" en "momentos difíciles" y que el sátrapa habría sido el artífice del "progreso económico" del país.

La leyenda, el mito del "progreso económico" es la estrategia que ha venido utilizando el fujimorismo para limpiar la cara culpable del frustrado candidato al senado japonés y empequeñecer aquellos "errores" en que incurrió el dictador al ejercer la presidencia del Perú. "Errores" que el fujimorismo (y probablemente su aliado, el actual vice-presidente del Perú, Luis Giampietri) denominan "excesos justificables ", mientras el Código Penal de los países de todo el mundo y la doctrina universal del derecho criminal tipifican esos "excesos justificables" como "delito".

Porque para el fujimorismo mendaz, que busca astutamente su reposicionamiento impune en la política nacional, la supuesta conquista del "progreso económico" bajo la conducción autoritaria de Fujimori, es la carta de justificación y redención del sátrapa contra los delitos que cometió durante su mandato. Para ellos pesa más en la balanza de su "moral política" el supuesto "progreso económico" del país bajo el régimen brutal de su líder, que las vidas humanas de hombres, mujeres y niños, víctimas inocentes de un delincuente y rufián disfrazado de presidente del Perú.

Pero las cifras, esa evaluación inobjetable de la estadística, deja materialmente sin piso al movimiento político sin patria del ciudadano japonés Alberto Fujimori.

Así, en materia de crecimiento económico, entre 1991 al 2000 el crecimiento nominal del país sólo alcanzó un 3.6%, es decir -y tomando como referente la administración constitucional más tumultuosa en términos parlamentarios-, comparativamente igual al promedio alcanzado por Fernando Belaúnde Terry en su primer mandato, sin Montesinos y sin peruanos ejecutados en la Cantuta; mientras que la tasa de crecimiento per capita, es decir el mejor valor para medir el desarrollo económico real del país, llegó durante el mismo período, 1991-2000, a la magra cifra de 1.9%.

Y mientras los señores Montesinos, Hermoza Ríos, Joi Way y los más cercanos colaboradores del nipón se llenaban alegremente los bolsillos con dinero que pertenece al país, como se ha probado con las gruesas cuentas bancarias que les fueron ubicadas en el extranjero, tal vez los fondos producto de las privatizaciones escandalosas y que se hicieron humo, cuatro mil empresas peruanas terminaron en la quiebra, miles de compatriotas se vieron desocupados y bajo un nuevo régimen laboral salvaje y condenado por la OIT, mientras que el nivel de pobreza del Perú, según la CEPAL, permaneció, durante once años de satrapía e impunidad casi sin variación alguna a los niveles que alcanzó el país desde 1970.

Y si tomamos como referente el nivel de pobreza en 1995, que fue de 47.8%, el fujimorismo renunciante vía fax dejó en el 2001 siete puntos porcentuales de más de miseria y hambre en el Perú, es decir 54.8%.

Once años de crímenes y corrupción que tampoco le significaron al Perú, en lo económico, un cambio histórico de su persistente modelo primario de exportación; por el contrario, la dependencia de nuestra economía a la variación del precio de nuestros productos en el mercado internacional fue el triste espectáculo que dominó el gobierno del "nuevo tigre" sudamericano, que juró transformar el país con "honradez, tecnología y trabajo".

Los números terminan pues por disolver, señora Luz Salgado, no solamente al fujimorismo asesino de la democracia y los derechos humanos del Perú, hoy extraditado por la fuerza moral de la opinión pública, sino también la mitología del "progreso económico" bajo un régimen que fue ladrón y criminal y que reprodujo más pobreza y miseria en el país.

Finalmente se queja la señora Salgado que algunos peruanos comparan a Alberto Fujimori con Augusto Pinochet. Recuerde la encubridora de los crímenes del régimen más oscuro de la historia del Perú, que fue el propio nipón quien se autotituló públicamente "Chinochet", haciendo él mismo un paralelo exacto con la triste figura culpable de un personaje que asesinó y ejecutó seres humanos inocentes por el pecado de combatirlo políticamente.

Por ello demandamos ni perdón ni olvido para este criminal, que hundió a la patria en la miseria y el hambre y cuyos acólitos, asalariados y sin verguenza, pretenden hoy redimirlo con el título mendaz de "artífice del progreso económico del Perú".

Boston, setiembre 23 del 2007

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¿Rebaja de impuestos a los ricos?

30 de septiembre de 2007

Publicado en Connuestroperu
Por Humberto Campodónico

En las últimas semanas, Pedro Pablo Kuczynski ha afirmado que, como los ingresos fiscales han mejorado, el gobierno debería disminuir los impuestos, sobre todo el IGV, pero también el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), así como el Impuesto Transitorio a los Activos Netos (ITAN), que es pagado sobre todo por las grandes empresas). Pero no lo propuso cuando fue Premier y Ministro de Economía. Lejos de eso, declaró que "es conocido que a los empresarios no les gusta pagar impuestos" ( www.cristaldemira.com , 6/1/2007).

Para saber si la recaudación tributaria es alta o baja, hay que hacer un análisis comparativo. Según la CEPAL, la presión tributaria en la Región, incluidos los ingresos tributarios y los no tributarios (sobre todo regalías provenientes de los recursos naturales) es de 18.5% del PBI. En el Perú (ver cuadro), hemos estado siempre por debajo de ese promedio. En verdad, estamos en la cola de América Latina.

Cuando nos comparamos con vecinos más cercanos, vemos que Bolivia recaudará en el 2007 el 33.2% del PBI, el doble que nosotros, en parte debido a la renegociación de los contratos de gas. Pero aun si no se tomara en cuenta las regalías gasíferas, los ingresos tributarios de Bolivia son superiores a los nuestros: en el 2007, las regalías serán el 10.2% del PBI, mientras que los ingresos no provenientes del petróleo serán 21.3% del PBI. Chile y Colombia también nos dan "chico y partido".

Esto quiere decir, de manera inequívoca, que la recaudación tributaria en el Perú tiene que aumentar, por lo menos a 18% del PBI como ya lo ha propuesto el Acuerdo Nacional. De esa manera, podremos enfrentar el necesario gasto en salud, educación, seguridad e infraestructura. Así las cosas, ¿cómo es posible que un día sí y el otro también, leamos las noticias sobre la falta de Estado en todo el país y que la derecha empresarial plantee una reducción de impuestos?

Hay que decir, también, que si existe poca capacidad de gasto e inversión, esto se explica por el desmantelamiento del Estado que esos mismos sectores implementaron desde el gobierno: recuérdese que bajo Toledo la inversión pública llegó al mínimo, pues solo fue 2.8% del PBI. Pero estos sectores tienen amplia coraza y caparazón. Hoy, sin vergüenza, se rasgan las vestiduras por "la ineficiencia del Estado".

La cuestión central, entonces, es que se necesita una mayor recaudación tributaria y mejorar la inversión y el gasto: es prioritaria la necesaria capacitación a todos los niveles del gobierno (central, regional y local) para superar este escollo.

Si la derecha empresarial fuera seria, su propuesta de recorte de impuestos (sobre todo del IGV y del Selectivo al Consumo a los combustibles, las únicas que sí podrían beneficiar a los pobres) tendría que venir de la mano de la eliminación de las exoneraciones de impuestos que la benefician. Pero eso no sucede, porque cuando hubo la oportunidad de hacer la reforma tributaria, este gobierno la postergó. Sin embargo, sí eliminó las exoneraciones tributarias a la Amazonía.

En un artículo anterior (www.cristaldemira.com, 24/3/2007), demostramos que las exoneraciones al sector financiero (calculadas por la SUNAT y publicadas por el MEF en el Marco Macroeconómico Multianual, MMM), superan los S/. 1,200 millones. Allí están las exoneraciones a las ganancias de capital en la Bolsa, a los impuestos a los tenedores de bonos, a los depósitos de más de S/. 700,000 en el sector bancario, así como a la exoneración del IGV a los seguros de vida. Pero no se incluyen en el MMM el impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras, que permitirían guardar pan para la época de las vacas flacas, pues recaudaría varios miles de millones de soles.

Nada de eso le interesa a PPK y compañía, como ya sabemos. Lo que no deja de sorprender es su cuajo para proponer que se bajen los impuestos a los ricos.